• 18 abril, 2024

EI aprovecha su fama para que otras organizaciones yihadistas maten en su nombre

EI aprovecha su fama para que otras organizaciones yihadistas maten en su nombreParís,- El grupo Estado Islámico (EI), que sufrió recientemente derrotas en Siria e Irak, aprovecha de su fama para convencer a otras organizaciones yihadistas o a individuos aislados para matar en su nombre, según expertos.

En la mayoría de estos casos, los autores de ataques no mantuvieron ningún contacto directo con el Estado Mayor del «califato», proclamado por el EI en Siria e Irak, que se limita a reivindicar los atentados ‘a posteriori’, consiguiendo así una expansión y una importante presencia internacional sin mucho esfuerzo.
«Desde el principio, el EI había proclamado su intención de ser un movimiento yihadista global», explica Michael Kugelman, del instituto de investigación Woodrow Wilson Center de Washington. «Hasta hace poco se concentraba en la gestión del califato (…), pero como empezó a perder terreno, adoptó un enfoque más global».
«La gran cuestión, tras los atentados de Yakarta (reivindicados por el EI el jueves) y otros perpetrados en el mundo durante los últimos meses, es: ¿esos militantes fueron enviados directamente por el EI o sólo fueron inspirados por el grupo?», demanda.
Como todos los expertos interrogados por la AFP, Kugelman considera que, en la mayoría de los casos, el EI se limita a reivindicar las acciones cometidas por individuos o grupos a los que inspira.
«Llegados a este punto (…), creo que la mayoría son militantes descontentos, que combatían en otra organización y que fueron atraídos por una causa que consideran más dinámica», dice.
En Afganistán y en Pakistán, por ejemplo, varios grupos afiliados al EI aparecieron de repente en los últimos meses reivindicando ataques.
– Vacío de poder y anarquía –
«Se trata de grupos disidentes que adoptan así una nueva identidad», explica a la AFP el experto paquistaní Hasan Askari, especialista en los movimientos radicales. «La ideología extremista del EI, el salafismo integrista, ya estaba presente en Pakistán. Quienes se unen a ellos, en busca de una nueva identidad, pueden no tener ningún vínculo directo con el Estado Mayor del EI», explica.
«Al contrario de Al Qaida, cuyos jefes estaban en Pakistán y en Afganistán, nada permite afirmar que jefes del EI viajaron a ambos países», agrega Askari.
«Y en Indonesia», añade Michael Kugelman, «no había ningún rastro de presencia formal del EI, antes de los ataques del jueves en Yakarta. Esto es nuevo. Esos grupos que integran el EI saben que, al enarbolar su bandera negra en internet, serán más aterradores, lograrán llamar más la atención, eso es lo que buscan», asegura.
El EI que aceptó la afiliación de grupos de ocho países -Argelia, Nigeria, Libia, Egipto, Arabia Saudita, Yemen, Afganistán y Pakistán- y declaró que eran «provincias» de su califato, dirigió o inspiró atentados en al menos 17 países en 2015, provocando la muerte de un millar de personas, según el Institute for the Study of War.
En África, la expansión más rápida tiene lugar en Libia, donde los grupos vinculados al EI aprovechan el vacío de poder y la anarquía imperante para reforzarse, codiciando los recursos petroleros.
«Pero no hay que olvidar que el Sahel (oeste de África) es una región muy permeable, y es un gran motivo de preocupación para el continente», asegura Peter Pham, del centro de investigación Atlantic Council en Washington. «Y, respecto a Boko Haram en Nigeria, que es la ‘provincia africana’ del EI, aunque no hay rastros de contactos operativos, se percibe una verdadera sofisticación en sus tácticas de propaganda», concluye.

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