• 20 abril, 2024

3 muertos y unos 75 heridos por explosiones de granadas en Bangkok

Bangkok- NV- Al menos tres personas murieron y otras 75 resultaron heridas, entre ellas cuatro extranjeras, en una serie de explosiones de granadas ocurridas hoy en el centro financiero de Bangkok, en un nuevo brote de violencia vinculada a las protestas que van camino de sumir en el caos a la capital de Tailandia.

Las cinco explosiones se produjeron cerca una estación del metro elevado, en la popular calle Silom y situada a unos 500 metros del lugar en el que manifestantes conocidos por «camisas rojas» y detractores de estos mantienes choques esporádicos desde hace varios días.

«Han muerto ya tres personas y más de 70 están heridas» dijo el viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, en conferencia de prensa.

La Policía no facilitó las identidades de las persona fallecidas ni las nacionalidades de los heridos extranjeros, aparentemente turistas al tratarse de una zona de diversión nocturna que alberga además el popular mercadillo de Patpong.

Según el viceprimer ministro, las granadas fueron disparadas desede la zona ocupada por los manifestantes antigubernamentales.

Los cinco ataques con granadas provocaron el pánico entre los centenares de personas que se encontraban cerca de la estación de metro, muchas de las cuales huyeron o buscaron refugio en entradas de edificios, y unas horas después unos cientos de personas afines al Gobierno arrojaron piedras y otros objetos contra los «camisas rojas» hasta que fueron disueltos por los soldados.

A raíz de los ataques, las autoridades suspendieron el servicio en un tramo de la línea de metro elevado, conocido por el Skytrain y principal medio de transporte público.

Las granadas, que según la Policía eran del tipo M-79, fueron lanzadas contra la estación del metro, una de la de mayor tránsito de pasajeros, y cuyo techo registró daños a causa de la explosión.

Poco después de los ataques, el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, convocó una reunión de urgencia para adoptar medidas de seguridad, indicó el portavoz del Gobierno, Panitan Wattanayakorn.

Antes, el Ejército advirtió a los manifestantes que desde hace más de un mes piden la disolución del Parlamento que se retiren pacíficamente de Bangkok porque ha recibido la orden de dispersarles por la fuerza si fuera necesario.

La última vez que las fuerzas de seguridad recurrieron a la fuerza para disolver a los seguidores del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, conocidos como los «camisas rojas», murieron 25 personas y 874 resultaron heridas, la mayoría manifestantes, el 10 de abril.

El Ejército está amparado para actuar por el estado de excepción que rige en la capital tailandesa y algunas áreas de las provincias aledañas desde el 7 de abril.

Pero la advertencia de las autoridades fue desoída por los cabecillas del Frente Unido, que mantuvieron su negativa a negociar o a moverse del centro de Bangkok hasta que no se cumplan sus exigencias.

Los manifestantes han fortificado sus posiciones en el centro de la capital en prevención de una intervención de los cuerpos de seguridad, y hoy acudieron a la representación de la ONU para requerir al organismo internacional el envío de «cascos azules».

Unos 50.000 soldados y policías están desplegados desde que comenzaron las movilizaciones antigubernamentales con una concentración de 100.000 personas, el 14 de marzo.

Las protestas han transcurrido en general de manera pacífica, salvo los violentos enfrentamientos del 10 de abril, cuando 25 personas murieron y 874 resultaron heridas.

Aunque el peso de la protesta recae en la capital, «camisas rojas» en la región septentrional, donde más seguidores tiene el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, protagonizan otras manifestaciones de solidaridad que tienen menor repercusión

Tailandia atraviesa una profunda crisis política fruto de la lucha que libran los partidarios y detractores de Shinawatra, depuesto en el golpe de estado de 2006 y condenado en 2008 a dos años de cárcel por un delito de corrupción.

Shinawatra, quien fue coronel de policía primero, magnate de las telecomunicaciones después y luego primer ministro de Tailandia durante cinco años, comanda desde el exilio a los «camisas rojas».

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