• 8 mayo, 2024

Acusan estudiante dominico boricua de asesinar a su ex mejor compañero de clases en El Bronx

Acusan estudiante dominico boricuaMiguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- Un adolescente dominico boricua, hijo de un dominicano y una puertorriqueña, fue acusado formalmente ayer jueves por el asesinato a puñaladas de su ex mejor compañero de clases y uno de sus amigos más íntimos, después que ambos muchachos, se enfrascaran en una discusión por un iPhone, al salir de la escuela el miércoles en la tarde y después que la víctima comenzara a golpearlo y acusarlo de haberle robado el dispositivo.

Los investigadores dijeron que el acusado, Noel Vázquez de 14 años de edad, asesinó a Timothy Crump de tres estocadas en el pecho y que ellos cursaban el Octavo Grado en la Escuela Pública Intermedia Joseph H. Wade (PS 117) en el vecindario Morris Heights del mismo condado.

Pero testimonios y versiones de otros estudiantes, familiares, vecinos, la cuidadora de Estévez y amigos de sus padres, sostienen que el acusado, reaccionó a una constante cadena de acosos y abusos (bullying) de los que era víctima en la escuela, tanto por parte de Crump, como de otros compañeros de aulas.

Crump, comenzó a golpear a Estévez, el miércoles en la tarde, sin que mediara ninguna palabra o provocación de parte del matador. Estévez, sacó un cuchillo de cocina y le dio tres puñaladas en el pecho a Crump, antes de que policías escolares, se lo llevaran detenido.

Marisol Pérez, una boricua que cuidaba de Estévez, dijo que el muchacho intentó suicidarse una vez, debido a que ya estaba hastiado de las burlas y el acoso en su contra en el plantel.

«Se burlaban hasta de la ropa que él vestía», añadió la mujer.

Relató, que una de las burlas que más le dolía a Estévez, era cuando le recordaban que su madre María, está presa por drogas.

El dominicano progenitor del muchacho, no fue identificado de inmediato. El matador, también, había estado interno en un hospital de El Bronx por trastornos psicológicos y alto nivel de depresión, debido a la misma situación de acoso.

Una vecina de la familia, Milagros Arroyo, dijo que durante tres meses, el muchacho fue objeto de constantes burlas y acoso, lo que desembocó en su violenta reacción.

Arroyo, dijo que Noel y la víctima, llegaron a ser los mejores amigos y compañeros de clases, pero que esa amistad, se fue deteriorando cuando Crump, se unió a los burlones y acosadores.

«Siempre los veíamos montando patinetas juntos», agregó la puertorriqueña de 25 años de edad.

Crump. Había acusado a Estévez de robarle el iPhone, por lo que la amistad se derrumbó. La madre de Estévez, había dicho que temía que mataran a su hijo.

«El muchacho, se la pasaba diciendo que iba a morir», explicó Arroyo. El acusado escribía frecuentemente que «ellos, van a venir al apartamento, tocarán la puerta y me matarán».

El papá de Estévez, atemorizado, habló con el director de la escuela 117, para pedir una transferencia de seguridad y que su hijo fuera movido a otro plantel, para evitar que lo agredieran, pero no le hicieron caso.

El muchacho acusado, se negaba frecuentemente a volver a la escuela y trató de ahorcarse en el closet de su habitación, el 28 de mayo de este año.

«La escuela, la policía y todo el mundo han fallado», dijo la señora Pérez. «El chico, estaba clamando por ayuda y no se la dieron. Nunca debió haber vuelto a la escuela en los últimos ocho días», sostiene la puertorriqueña.

Crump, el muerto, fue suspendido de clases el año pasado, luego de romperle la mandíbula a otro estudiante con un punzón, detalló Pérez.

El Departamento de Educación, declinó confirmar esa información.

Otro vecino de Estévez, dijo que el acusado, fue víctima de los acosos, burlas y golpes por las últimas semanas, por un grupo de necios, que llegaron al extremo hasta de orinarse en la puerta del apartamento en el que vivía el matador.

Media docena de acosadores, lo persiguieron por cuadras cercanas al edificio en el que residía, dijo Jorge Guerrero, un trabajador de construcción que fue testigo de la persecución.

«Lo perseguían y lo estaban intimidando», añadió Guerrero de 47 años de edad. «Me llamaron como seis veces, para que limpiara los orines de ellos, después que se mearon en la puerta del apartamento de Estévez».

Un pequeño altar, improvisado sobre un pedazo de tabla de madera, con algunos velones encendidos, y un ramo de flores todavía envueltas, fue levantado en el punto donde cayó Crump.

Uno de los acosadores de Estévez, vivía en el edificio donde está el apartamento de su familia.  A veces, no podía salir por el miedo.

Les decía algunos vecinos que tenía miedo y estaba asustado. A veces, tenía que refugiarse en otros apartamentos para que no lo ubicaran.

Su madre, denunció la situación a la policía la semana pasada.

Guerrero se declaró compungido y muy adolorido por el caso y dijo que es una «vergüenza». Señaló que está muy triste y que Estévez, lo consideraba su mejor amigo.

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