• 25 abril, 2024

Alguien nos trajo

Mileyma Izquierdo

De Mileyma Izquierdo

Gardel decía que 20 años no es nada y aunque parece que fue ayer, son casi 20 años en el poder, 14 para ser exacto. El primer cuatrienio del 96 al 2000, con el primer mandato de Leonel Fernández y el primer gobierno del PLD. Posterior a los 4 años del PRD; del 2004 al 2008 el segundo período del Presidente Fernández, luego el regreso del León en el 2008 hasta el 2012, un presidente invicto, responsable de que el PLD continúe en el poder y de pasarle la antorcha al actual Presidente Danilo Medina cuando concluya esta gestión en el 2016 serán 16 años subidos en el palo y al ritmo perredeísta, habrá PLD por mucho rato.

¡A Dios las gracias! Imagínense usted, si a la fecha los perredeístas aún no han logrado ponerse de acuerdo, resolver sus diferencias y solucionar sus conflictos internos ¿qué sería de nosotros si hubieran ganado las pasadas elecciones presidenciales? Remontándonos en el tiempo y recordando el gobierno de Hipólito Mejía, una gestión conflictiva donde imperó el caos, el irrespeto y el disgusto de toda la sociedad dominicana, dando como resultado un salto al vacío como lo advirtiera el Doctor Balaguer en algún momento.

Aquellos jóvenes primeros votantes del 1996, hoy en día tienen aproximadamente 35 años de edad y los primeros votantes del 2012 rondan la edad promedio del estudiante universitario de término, 21 o 22 años.

Esos mismos jóvenes primeros votantes del 96 al 2012 no participaron en las Células ni los Círculos de Estudio y mucho menos tomaron un examen para aprobar la membrecía peledeísta pero sí han aprehendido el ideal del fundador del PLD, líder y maestro, el Profesor Juan Bosch.

El liderazgo político trasciende más allá del tiempo y la historia, tiene impacto directo en el comportamiento de los seguidores, de la gente y su cultura. No ha de sorprendernos si encontramos semejanza gestual o del tono voz en el discurso de los discípulos de Bosch, Balaguer o Peña Gómez.

Un líder, político o no, es un maestro. Los estudiantes son el reflejo de sus maestros. Nuestro accionar es un legado silente. Por insignificante que parezca jugamos un papel de extrema importancia en la historia que se escribe hoy.

Un líder, político o no, es un visionario. Piensa en el relevo. Los jóvenes que incursionan en política son el modelo reproducido por su maestro y el producto de la formación de su líder o admirado.

La juventud dominicana, intrépida y valiente, a medida que se empodera del conocimiento es capaz de emitir juicios críticos propios, de un modo u otro participa en todo ya sea desde el gobierno, la oposición o la sociedad civil.

Todas las organizaciones, políticas o no, de la República Dominicana, tienen sus diferencias internas, inclusive las más disciplinadas. Estas diferencias con tendencias a divisiones, tienen un efecto parecido a las enfermedades catastróficas, son mortales.

El patrón del modelo político contemporáneo se presta a facilitar la violación de los procesos, son nuestras autoridades las que abren y cierran esas puestas; la gente lo percibe así, si no tenemos «cuña o padrino» nada podemos lograr y en ese laurel descansan en paz muchos sueños.

El Sistema Jurídico y los Códigos modificados son trajes a la medida de nuestros legisladores. Estos ajustes de tipo ideológico-represivo difieren de las enseñanzas de los fallecidos líderes fundadores de los tres partidos políticos mayoritarios.

Y en la balanza de comprobación que asienta lo que los políticos dicen, lo que hacen y predican, la valoración de la Política va menguando progresivamente y pierde fuerza en el latir del corazón de las futuras generaciones, como dijo Duarte: “La Política no es una especulación sino la ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”.

¡Honorables! En la fe evocamos el ideario de Duarte pero ¿estamos dispuestos a renunciar a todo por la patria?

 

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