• 18 abril, 2024

Cerremos las instituciones ineficientes

cerradoEn el argot popular, se dice que es mucho mejor mantener algo cerrado que funcionando cuando no rinde frutos. 

Esa premisa debería aplicarse a instituciones como la alcaldía de Santiago y el Congreso Nacional, pues no sopo le ahorraría recursos económicos sino la vergüenza constante de las acciones de quienes la integran.

En el ayuntamiento de Santiago, la indelicadeza es tal, que acuden a reconocer figuras de todo tipo, incluido uno que fue apresado hace algunos años por contrabando de miles de cajas de whisky.

Aunque no hubo sentencia condenatoria, este individuo carga con el estigma de no solo dejar de pagar los impuestos al fisco, sino de recurrir a todo tipo de artimañas para enriquecerse.}

Sin embargo, los “honorables” ediles, tuvieron el desparpajo de  entregarle una placa por sus aportes.

Los regidores, algunos en chancletas y pantalones cortos llevaron la placa hasta la propia oficina del beneficiado.                                                            

En el caso de la Cámara de Diputados; no solo tienen la cachaza de gastar los recursos económicos para toda ocasión, repartidos como si fuera un botín de guerra, sino que lo justifican sin el más mínimo sonrojo.

De asumir por cierto mal su papel e legislar con leyes que mejoren la competitividad y garantía jurídica, pasar a ser los beneficiarios de dádivas para presuntamente entregarlos a los que menos tienen en barrios y campos dominicanos.

Ya está bien de esta situación, los santiaguenses, ni los dominicanos en sentido general no merecen tanto castigo ni incompetencia de aquellos llamados a dirigir.

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