• 26 abril, 2024

Checo que se escondía en la RD enfrenta más de 100 cargos criminales en Estados Unidos

Ivan VaclavikMiguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- La República Dominicana sigue siendo uno de los escondites más paradisiacos de criminales, delincuentes, estafadores, mafiosos, políticos corruptos y terroristas internacionales.

De hecho, cuatro terroristas vinculados a la red Al Qaeda, vacacionaron en el país caribeño en años recientes. Los primeros, fueron implicados en el brutal ataque a las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y los segundos, la pareja francesa que participó en el ataque a las oficinas de la revista Charlie Hebdo en París, con saldo de 12 muertos y docenas de heridos.

El caso más reciente, llama la atención porque el fugitivo checo Ivan Vaclavik, quien llevaba años esquivando la deportación y huyendo de la justicia internacional, logró esconderse en la República Dominicana y la semana pasada, fue capturado en West Palm Beach (La Florida), después que reentrara ilegalmente a los Estados Unidos.

A las autoridades migratorias norteamericanas, les tomó 37 años, lograr su repatriación.

El sospechoso, de 67 años de edad y ex residente en Boston, enfrenta 100 cargos criminales.

Había sido deportado a la República Checa, su país natal a finales del 2013, después de haber esquivado la repatriación. Mientras acumulaba las 100 acusaciones criminales, incluyendo asalto agravado y agresión a un niño.

En julio del 2014, logró cruzar en una balsa el Río Grande en la frontera de México y Texas, siendo capturado nuevamente y otra vez deportado a Checoslovaquia, pero en enero, reentró ilegalmente y fue detenido una vez más por la Guardia Costera en una lancha en costas de La Florida.

Fue acusado este lunes 9 de febrero en una corte federal de La Florida por cargos más graves, por los que podría ser condenado a 10 años en la cárcel junto al capitán de la lancha.

Inmigración de Estados Unidos, culpa por el retraso en la deportación al gobierno checo, por no haberle emitido un pasaporte en el plazo requerido.

El congresista republicano Ted Poe, dijo que se debe endurecer el castigo a los países que se nieguen o se retrasen en recibir a sus ciudadanos deportados desde Estados Unidos.

Presentó hace días, un proyecto de ley que de ser aprobado, restringiría las visas a diplomáticos de esos países.

El republicano dijo que «es fácil cruzar la frontera de Estados Unidos y por eso, estamos recibiendo al bueno, al malo y al feo».

El fugitivo checo llegó por primera vez a Estados Unidos en 1974 y era aparentemente un hombre erudito en sus 20 años de edad. Decía que era un arquitecto graduado en su país y se quedó ilegalmente viviendo en habitaciones alquiladas en Boston.

Aunque no parecía estar empleado, pagaba al día sus cuentas y era propietario de un carro Audi. Su primera deportación se ordenó en 1976, pero nunca se fue a pesar de su largo historial criminal.

Parte de su prontuario muestra delitos como robo, robo con allanamiento de moradas y asaltos para atracar. Estuvo en la cárcel. En el 2005 atacó a un residente de Boston en un restaurante de la cadena Starbucks y en el 2005, entró a un hotel y se acercó a una niña de 11 años de edad.

Durante años, inmigración trató de que el gobierno checo le emitiera un pasaporte, sin cuyo documento no podía regresar a su país, pero las autoridades tuvieron que dejarlo en libertad en Estados Unidos.

La ley federal dice que inmigración no puede retener indefinidamente a extranjeros, si no puede deportarlos a sus países.

En el 2013, finalmente le dieron el pasaporte checo y fue deportado. El 3 de julio fue capturado por la Guardia Fronteriza en el poblado Mission, en la frontera con Texas.

Lo acusaron de reentrar ilegalmente a Estados Unidos, se declaró culpable y fue sentenciado a cuatro meses en la cárcel, menos que el promedio nacional de condenas para esos casos, que es de 10 meses. Pagó una cuota de $10 dólares.

El sospechoso, confesó a inmigración en La Florida que después de ser deportado en el 2013, viajó desde su país a la República Dominicana y después a Las Bahamas, donde abordó la lancha, en compañía de varios brasileños que dijeron haber pagado $14.000 dólares para llegar de contrabando a los Estados Unidos.

Está detenido en una cárcel de West Palm Beach en La Florida, a la espera de chequeo médico para luego ser acusado en la corte federal de esa ciudad, según confirmó la oficina del fiscal federal.

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