El 2009 se los llevó, pero que mucho nos dejaron!
Santiago- El 2009 se llevó a grandes figuras del mundo del espectáculo, destacándose, a nivel internacional a Michael Jackson y Mercedes Sosa y en el ámbito local a Luís Días, como las figuras de mayor relevancia que murieron en este año.
A parte de la conmoción surgida mundialmente por la muerte de Jackson, el “Rey del pop”, quien murió el 25 de junio, también se sumó a la lista la cantante latinoamericana Mercedes Sosa, quién más allá de su voz, también representó un símbolo de lucha, dignidad y unidad latinoamericana. Agregamos al cantante panameño Basilio, quien con voz libre de presión y resonada dulzura, marcó una época en la canción romántica de los ochenta.
En el mundo del cine también perdimos a Farah Fawcett y a Patrick Swayze. Figuras importantes en el mundo del celuloide y más recientemente a Brittany Murphy, quien a pesar de su breve carrera como actriz de cine, también tuvo su espacio en las producciones de Hollywood.
La muerte más resonada a nivel local, fue la de Luís Días y también uno de los velatorios más largos, al igual que los internacionales de Mercedes Sosa y Michael Jackson. Uno de los mayores creadores e investigadores del folklore y de la música suburbana de la República Dominicana e investigador desde los tiempos del grupo musical Convite, recibió más honores en su muerte, que en su vida.
A nivel local, también nos dejaron Daniel Henderson, “Linda”, un bastión de la cultura representativa de Los Guloyas de San Pedro de Macorís; el merenguero Nelson Gil, líder de la orquesta La Artillería y la cantante Shiomara, quien en los años ochenta formaba parte del grupo de baladistas femeninas que abundaron. A finales de año, mueren el actor de teatro y cine Víctor Pujols y el productor de series de televisión Micky Bretón. Se fueron, pero qué mucho nos dejaron!
A Luís lo conocí en una de las ediciones del desaparecido Festival de la Cultura Campesina de Salcedo, que organizaba el padre Azcárate. Grabadora al hombro, Luís grababa y recogía testimonios y manifestaciones de primera mano de nuestro folklore, así lo hizo en todas partes, así lo hizo recorriendo toda la geografía nacional.
Autor de varios libros, de innumerables canciones, referencia para quienes se han querido adentrar en la cultura de los barrios, sus penurias y sus historias, Luís también orientó a generaciones, en jurado de festivales y en encuentros particulares donde, más allá de burlarse de un concursante, como acostumbran los jurados cotidianos, Luís hizo siempre señalamientos puntuales y útiles para el desarrollo profesional y artístico de cualquier joven que se inicia en la carrera artística.
Como creador, como intérprete, un hombre apegado a sus convicciones, que vivió como quiso, como persona auténtica, que nunca se vendió, ni cambió. Fue él siempre, con su sello personal y con sus historias, con los recuerdos que atesoro, tanto en intercambios en tarimas, donde compartimos labores, tanto en encuentros entre amigos o en breves conversaciones en el Parque Duarte.
Investigador y acucioso, Luís puso en valor el sentir del barrio, la realidad de la calle marginada y de la gente que habita en ella con sus historias. Rockeó, merengueó, investigó, bailó como él, rasgó su guitarra hasta tocarnos las fibras del corazón y se fue…
En Luís Terror Días la República Dominicana tiene a uno de sus más importantes investigadores y quien ha hecho mayores aportes a la creación artística de la música urbana, basado en un criterio serio y profesional, una enorme producción artística, sus inolvidables conciertos y su legado de creación en música y letra. Así como su mayor lección, ser auténtico, mantener su identidad y no doblegar sus conceptos ante nadie, hasta la muerte.
Luisa Rebecca