• 25 abril, 2024

Es un deber cívico denunciar la mediocridad

En el nuevo año derrotemos el pesimismo

Por: Ramón Antonio Veras.

Es un deber cívico denunciar la mediocridadI.- Sentimientos diferentes en un mismo espacio

1.- En una sociedad humana como la nuestra, con estructura clasista heterogénea, convergen personas que anidan ideas muy diversas, que van desde altruistas, pasando por egoístas hasta llegar a diabólicos.

2.- Así como hay sujetos con sentimientos variados, también tenemos en nuestro medio entes sociales con conductas disímiles, por lo que no resulta fácil establecer relaciones en base al afecto y la sinceridad recíproca.

3.- La desigualdad de conductas en el entorno hace posible la existencia de miembros con los más variados vicios sociales, entre los que sobresalen intrigantes, chismosos, tergiversadores, escabrosos, incómodos, fastidiosos, puntillosos y quisquillosos.

4.- En ese mosaico de desagradables e irritantes, estamos obligados a movernos porque, quiérase o no, la convivencia civilizada impone la tolerancia. La sociabilidad manda la deferencia y llaneza, aunque sin caer en zalamería ni blandura.

5.- Partiendo de la realidad de nuestro medio social, debemos estar preparados para tratar a quienes viven listos para mosquear sin razón, golpear a quienes buscan acariciarles, calumniar al que trata de ensalzar, vapulear al que procura aplaudirle, en fin, de un momento a otro nos encontramos que somos odiados por aquel a quien demostramos cariño y amistad entrañable.

II.- Los que nada hacen, pero critican al que hace

6.- He escrito los párrafos anteriores con el fin de ubicar al lector o lectora en el sentido de que estamos en un ámbito en el cual, sin darnos cuenta, a diario tratamos con personas a las cuales creemos bien conocer, pero en un abrir y cerrar de ojos comprobamos que no, que estábamos equivocados, que a quienes

creíamos sinceros son falsos; que son de los quisquillosos que no hacen ni dejan hacer, no lavan ni prestan la batea, no dan ni dicen dónde hay, en sí, no son ni fu ni fa.

7.- Es el caso, por ejemplo, de muchas personas que tienen facilidad para transmitir su pensamiento por medio de la escritura, pero no lo hacen por falta de tiempo, dejadez o por cualquier otra causa de índole personal; otros no escriben por falta de talento; y algunos por falta de calidad y autoridad moral para abordar temas que, aunque son de su interés, se sienten impedidos de abordarlos porque están descalificados para hacerlo.

8.- Algunos que están inhabilitados para escribir sobre asuntos relacionados con las lacras que ponen en evidencia la podredumbre, el descalabro ético y moral de la sociedad dominicana, se contentan con criticar en forma solapada como verdaderos socarrones, a los que pueden escribir porque tienen la facilidad y posibilidad de hacerlo libremente, porque de las manos de donde salen sus escritos, pueden ser abiertas y de ellas no cae al suelo sangre, ni dinero robado al erario ni al sector privado.

9.- Libre no es el ser humano que dice serlo, sino aquel que puede ejercer la libertad, y cuando la practica hablando o escribiendo su palabra no vuelve atrás; porque es la verdad o su verdad. No se puede escribir por sumisión o encargo, con limitación y por requisito, formalismo o ejercicio intelectual.

III.- La libertad para escribir

10.- Particularmente yo, en el curso de mi vida he escrito exponiendo honradamente, de buena fe lo que creo es la verdad, y cuando me he equivocado no he tenido el menor reparo en rectificar, porque nunca me he creído poseedor de la verdad absoluta.

11.- En los últimos años, mis escritos, los he elaborado pensando en mis nietas y nietos, más que en otra cosa. Mis ideas las vierto con la creencia de que pueden llegarles, aunque no estoy muy convencido de que así sea; pero por lo menos me siento bien sabiendo que hago el esfuerzo de que mi descendencia más cercana en

el mañana tenga a su alcance las ideas que yo sostenía en la sociedad que me correspondió vivir al final de mi existencia.

12.- Sin pensar en el qué dirán los mezquinos y resentidos, trato de aprovechar el tiempo que me queda de vida y lucidez, para hacer del conocimiento de los míos la forma como veo la sociedad dominicana ahora, la cual pinta un cuadro desolador en lo ético y moral, por lo menos para cualquier ciudadano o ciudadana que aspira vivir en un ambiente de decencia, no impúdico como el que ahora predomina aquí.

13.- Al igual que cualquier abuela o abuelo, me siento bien cuantas veces dirijo mis ideas a quienes aspiro a que en el mañana se comporten como hombres y mujeres de bien, que puedan ser modelo de lo que muchos dominicanos y dominicanas queremos sea nuestro país y que no hemos logrados por razones ajenas a nuestra voluntad.

14.- Sé que se sienten mal aquellos que con su sucio proceder han contribuido a que el medio dominicano de hoy sea apestoso, fétido en lo ético y moral; ellos maldicen a aquel que por medio de escritos quita el velo, el manto que cubre la sucieza que apesta a lo mejor y sano del país.

IV.- Los farsantes y francotiradores aquí

15.- Por el hecho de que los autores y coautores del desastre nacional no están en condiciones de levantar la voz para decir que nos estamos moviendo en su pantano social, y por más anatemas y murmuraciones que lancen, no podemos ignorar la realidad y actuar como veleidosos, inconsistentes y barcinos.

16.- Aquel que se ha dedicado a hacer diabluras, a estar de crapuloso, granuja y siniestro, debe mantenerse tranquilito, calladito rumiando pesares, cuantas veces vea a los que con legítimo derecho le decimos al país que este ambiente decadente, dañoso y en estado de descomposición, no puede seguir como hasta ahora, que esto hay que cambiarlo para bien, para que en el mañana sea bonito, agradable, viable, acogedor, libre de indignos, degenerados y envilecedores.

17.- La actitud ante la vida define a los seres humanos. El quehacer diario sirve para medir la conducta, el comportamiento de las personas ante los hechos que

se dan en el medio donde desarrollan sus actividades. Aquel que ha sido indiferente, no tiene nada que dejarle a la posteridad; se ha manejado como si fuera un anacoreta, un anodino.

18.- Los francotiradores les hacen un bien a la sociedad, si ante la actitud firme y decidida de otros, guardan silencio digno porque no hicieron, no han hecho ni pueden hacer lo que les corresponde y por ser degenerados están impedidos de bien orientar a su comunidad.

19.- En todo el país abundan mujeres y hombres que generan fragancia, mientras otros son desodorantes; los hay odoríferos y pestilentes. Lo mismo puede decirse de que hay luchadores y conciliadores, esforzados y haraganes.

20.- En el medio donde vivimos, hay miembros que creen haber cumplido con su deber porque han amasado mucho dinero y se han comportado simpáticos ante los suyos, pero se han mantenido al margen de la higienización de la sociedad que con su proceder han hecho posible los vicios sociales.

21.- No están en el plano de los coherentes, aquellos que han hecho de su accionar político un columpio, puro transfuguismo politiquero; moviéndose, bamboleándose entre el partido que está arriba y el que posiblemente suba. El tránsfuga y el desleal van de la mano, conspirando contra el noble, firme y leal.

Reflexiones

a.- Las transformaciones sociales nunca han ocurrido al azar, sino porque fuerzas motrices incubadas en el seno del mismo sistema en decadencia, han impulsado la rueda que activa los cambios. Los actores que promueven el avance, alientan lo nuevo, fomentan lo positivo que ha de venir, los transformadores son los hombres y mujeres que con su accionar han escrito la historia de la humanidad.

b.- En la acera contraria a donde están los seres humanos que buscan alterar, mudar, en todo caso cambiar la actual realidad, se encuentran aquellos que hacen de retranca para que continúe lo mismo, se mantenga lo añejo y no surja lo nuevo, permanezca el atraso y no llegue el progreso.

c.- Entre los que se interesan por la vigencia del statu quo, para que prevalezca la mugre, la porquería, se encuentran los pusilánimes, que con argucia hacen críticas alegres contra todo aquel que en forma abierta, responsable y seria quiere que lo nuevo, lo sano y moderno se imponga para superar lo inservible de la sociedad.

d.- De los que como buitres se alimentan de la podredumbre, no podemos esperar que quieran cambie el actual ambiente dominicano; su lugar propio es el de los cerdos, no el de los seres humanos de conciencia y proceder aseado. No todos los miembros de la comunidad dominicana están diseñados para rechazar lo apestado, la fetidez que hoy despide el medio social dominicano.

e.- Desde el punto de vista de la higiene política, por más vueltas que podamos dar, debemos reconocer que el entorno nuestro está contaminado, el ambiente se mantiene a un nivel tal que da ganas de vomitar, genera nausea. Esto sólo es tolerado sin repugnancia por los que bien lo saborean por apetecer y digerir lo podrido de un sistema social decadente.

f.- La sociedad dominicana es un escenario donde convergen fuerzas económicas, políticas y sociales que permite ver con claridad la pugna entre los que quieren que todo siga como está, un pantano infectado por todo lo podrido; y aquellos que aspiran a un nuevo orden, en el cual el pueblo se mueva en aguas limpias, y no en las ahora infectadas.

g.- En lo que a mí respecta, dentro de mis posibilidades, y sin buscar ni esperar nada material del Estado ni de particulares, en cada coyuntura de la vida política del país he actuado de frente, de cara al sol, con transparencia, exponiendo mis ideas sin cortapisas, sinuosidades ni muletillas.

h.- Para ser consecuente con mi forma de pensar, mientras esté formando parte del mundo de los vivos, y pueda accionar mis manos para escribir, estaré transmitiéndoles a mis nietas y nietos, lo que a diario veo, y que a ellos corresponde cambiar de sucio a limpio, de deshonesto a honesto, de este medio pocilga, a un ambiente higiénico.

i.- Continuaré escribiendo como hasta ahora lo he hecho, haciendo caso omiso a los que se han limitado a criticar sin aportar, vituperar para confundir, y dañar para ocultar su responsabilidad en el desastre material y moral del país. Seguiré

exponiendo mis ideas, impugnando el latrocinio que callan los que desde su poltronería vagabunda se molestan porque le censuro su podrida sociedad.

j.- Siempre me voy a sentir bien exponiendo sobre asuntos que considero sirven como aporte para que cambie la situación de descomposición que hoy se encuentra la sociedad dominicana, porque contribuir con proposiciones saludables sirve para comenzar a sentar las bases para superar la estropeada etapa que estamos viviendo.

k.- Creo en la franqueza y he tratado de decir lo que pienso conviene a mi país; no conozco la murmuración, la chismografía ni la calumnia, y por formación personal desprecio la maledicencia, aunque he sido víctima de ella proveniente de simulados amigos.

l.- Lamentablemente, por más sinceridad que se le demuestra al que tiene por costumbre obrar sin lealtad, al final saca la felonía; el canalla, el felón vive dominado por la traición que es la sustancia que eleva su estado de ánimo hasta encumbrarlo en la cima de su trastada de falso.

ll.- Porque creo tener mi cabeza algo amueblada, no me voy a dejar perturbar por los que se mantienen apesadumbrados porque no tienen calidad ni autoridad para dirigirle a la parte sana de la sociedad mensajes de orientación, decencia y honradez. Los liliputienses siempre están moral y anímicamente debajo de los talones de los pies de aquellos que ven como gigantes.

m.- Todo lo que sea necesario y posible hacer para que nos liberemos de la situación de mediocridad que nos encontramos, debemos hacerlo sin pensar en el qué dirán los mezquinos, que sólo saben censurar a los que se comportan con sentido de firmeza y desprendimiento, procurando elevar y no reducir, porque merecemos vivir en un mejor país.

n.- Es duro reconocerlo, pero hay que decirlo sin tapujos: toda persona decente que hoy se mueve en la sociedad dominicana debe estar consciente de que está pisando un terreno de personas buenas, nobles, pero que en ese mismo espacio físico hay sujetos con condiciones para convivir con ratas en una alcantarilla; son de conductas adecuadas para permanecer en vertederos como semovientes con algunos rasgos humanos.

ñ.- Al escribir con relación a la necesidad de adecentar la vida pública, no busco reconocimientos, halagos, obsequios ni elogios; lo hago por compromiso social y responsabilidad ciudadana. Me tienen sin cuidado las críticas de los mediocres y el desdén de los malvados.

Santiago de los Caballeros,

9 de noviembre de 2015.

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