Infraestructura Gubernamental

Mileyma Izquierdo Q.

Conceptualizando, el Diccionario de la Real Academia Española, define Economía como: «La administración eficaz y razonable de los bienes”.

En la praxis, el Presupuesto Público es una especie de bola de hilo de lana que el gato que la posee temporalmente, juega con ella como le place. El Gasto Público no es tan PÚBLICO y el Gasto Social no es tan SOCIAL. Es común escuchar: “El Estado no tiene dolientes”.

El ciudadano común y corriente no maneja al dedillo los numeritos del Estado, empero reclama, se preocupa y pide cuentas.

Tributamos directa o indirectamente. El Impuesto Directo es el que se aplica a la renta, los ingresos, las utilidades y beneficios de las personas físicas o jurídicas y el Impuesto Indirecto es el que se aplica a los bienes y servicios que consumimos.

Si usted gana el sueldo mínimo o menos de RD$33,326.91 está exento del ISR, o sea, no paga impuesto directo sobre sus ingresos pero dondequiera que vaya o sea lo que sea que haga, usted pagará impuestos indirectos a todo lo que consuma o compre.

Con aquellos impuestos, pagados de forma directa o indirecta, aportamos sumas enormes de dinero para construcción y mantenimiento de obras gubernamentales que son abandonadas y que en poco tiempo vuelven a ser lo que fueron: un dolor de cabeza. Para muestra, un botón, recordemos el caso del peaje de La Penda en la provincia de La Vega que comunicaría con Santiago por la autopista Duarte, terminó siendo desmantelado y demolido sin haberse cobrado ni un sólo peso de peaje para recuperar la inversión.

Las comunidades realizan manifestaciones pacíficas y no tan pacíficas en demanda de la solución de los problemas comunitarios. Gravitando en el tiempo, estas reclamaciones no trascienden más allá de la fiebre y de los muertos post huelga; de estas acciones no queda más que el eco ya que nadie da seguimiento ni vela por nada.

Bienes Nacionales de la República Dominicana, cuya misión es: “Salvaguardar las propiedades del Estado, haciendo posible el uso adecuado y efectivo de sus bienes, teniendo como norte el desarrollo real de la sociedad dominicana”, al final no le hace ningún bien a la nación.

Otro ejemplo palpable, el Edificio del Banco Nacional de la Vivienda –BNV–, mejor conocido como el “Edificio de la Junta”, en Santiago de los Caballeros, ubicado en la avenida Las Carreras, obra multimillonaria del gobierno del Doctor Joaquín Balaguer que haría la función de Edificio Gubernamental pero luego fue olvidada y hoy es un edificio viejo, semi abandonado, parcialmente ocupado y con aires tenebrosos.

Citaremos el caso del Edificio Gubernamental Presidente Antonio Guzmán Fernández, mejor conocido como “El Huacalito”, en Santiago de los Caballeros, donde se encuentran la mayoría de las oficinas locales y regionales del Gobierno. En el Huacalito, regularmente los jueves, se va la luz y los ascensores son el cuento de nunca acabar.

Entonces surge la pregunta ¿Cómo es posible que la Oficina de Bienes Nacionales haya estado durante tanto tiempo en el Huacalito y que no salvaguardara esta propiedad? ¿Por qué no se querellan los directores de las oficinas que funcionan allí? ¿Por qué no buscan entre todos una solución que les beneficie a ellos como directores, a los empleados bajo su dependencia y a los ciudadanos que a diario solicitan los servicios públicos? ¿Suben y bajan las oscuras y claustrofóbicas escaleras como todo el mundo?

Muchos funcionarios no van trabajar todos los días y la nómina full de empleados ausentes por compromisos políticos que hay que cumplir. Es por ello que la gente asocia “Huacal” con aquel recipiente donde se guardan las botellas. Sobradas son las diferencias entre la administración de las instituciones públicas y las instituciones  privadas.

Nuestro Estado es débil, al punto tal que en ocasiones hemos recurrido a la emisión de sentencias que nos obliguen a cumplir con las leyes escritas en la Constitución, tal es el caso de la controversial sentencia del Tribunal Constitucional, número 168/13. Pero ese será otro artículo.