• 20 abril, 2024

Inquilinos dominicanos se «congelan» en apartamentos de NY por falta de calefacción

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De Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- En los edificios centenarios en los que habitan los inmigrantes de los ghettos, es frecuente la falta de calefacción, no importando que los inviernos sean crudos como el presente en el que la ciudad es castigada casi cotidianamente por consecutivas tormentas de nieve y otros latigazos de la zona polar Norte.

En docenas de esos edificios situados principalmente en sector marginados de Washington Heitghs, Inwood y Marble Hill (Alto Manhattan), el Sur de El Bronx, los «sures» de Brooklyn y en vecindarios como Jackson Heights en Queens, residen miles de dominicanos.

Las denuncias por la aparición frecuente de ratas, cucarachas, chinches, alimañas de toda especie, deterioro de las estructuras, falta de iluminación adecuada y muchas otras violaciones al Código de Vivienda de la ciudad, se suman en los inviernos al intenso frío que tienen que soportar los inquilinos criollos, aún dentro de sus apartamentos, algunos pagando hasta casi $2.000 dólares de renta mensual, dependiendo del tamaño y el área de la vecindad.

Los incendios provocados por la conexión de calentadores no digitales, fabricados con peligrosas resistencias, son frecuentes y muchos de los siniestros cobran vidas de adultos, niños y animales.

Hay quienes tienen hasta que encender sus estufas de gas, corriendo también el riesgo de siniestros en sus viviendas o graves enfermedades pulmonares y cardio respiratorias por la aspiración obligada del monóxido de carbono que emana de las hornillas.

En gran parte de los casos, los inquilinos tienen que calentar agua o bañarse con ella fría o no bañarse, debido al mismo problema.

El principal obstáculo para presionar con eficacia a los propietarios de edificios de apartamentos y viviendas individuales, son los políticos.

Las comunidades donde los habitantes de eso inmuebles sufren el drama, raras veces encuentran voces que se levanten en su defensa y cuando algunos oficiales electos lo hacen, pasan factura en tiempos de elecciones, reclamándoles a esos inquilinos que tienen que votar por ellos.

En las alturas estatales y municipales, los principales ejecutivos, como en el caso de los gobernadores, en su mayoría provienen del sector inmobiliario o la industria de bienes raíces por lo que están comprometidos con los caseros.

Cuando se legisla en Albany (capital del estado) o se toman decisiones en la Junta de Control de Renta de la ciudad, un gran número de senadores, asambleístas y concejales, se retratan de cuerpo entero yéndose al lado de los opresores.

El vía crucis de esos inquilinos inmigrantes de todas partes del mundo, parece ser el de nunca acabar.

Una gran parte de los inquilinos son deshabilitados, ancianos y niños con padecimientos.

LOS CASOS

Esta semana, familias dominicanas de El Bronx y el Alto Manhattan están denunciando la misma situación por la falta de calefacción.

«Nos estamos congelando», dijo la señora Patria Rodríguez, con artritis y nativa de San Pedro de Macorís en la República Dominicana.

«Para poder soportar algo de estas temperaturas, tenemos que estar dentro de los apartamentos hasta con tres ropas, una encima de otra», agregó la denunciante que reside en un edificio de la calle 186 en las inmediaciones de la avenida Amsterdam.

Bélgica Pérez, es otra dominicana que forma parte del drama.

Tiene 90 años de edad y dice que pasa el día junto al termostato eléctrico, pero se queja de que aún así, la calefacción no es suficiente.

Usa tres suéteres para abrigarse y tratar de mitigar el frío implacable. Ella vive sola en el apartamento.

«Me estoy congelando», dijo la señora Pérez.

A la entrada de los edificios la Autoridad de Viviendas de la ciudad, coloca carteles en los que señala el nivel de calefacción que deben proveer los dueños de edificios y casas, dependiendo de los grados de temperatura.

Pero los inquilinos sostienen que en pocos edificios se cumple con esa norma.

Los esposos Teresa y Ramón Fernández, que son deshabilitados, claman también por la calefacción en su apartamento del edificio 1305 de la avenida Sheridan en El Bronx.

Viven ahí desde 23 años.

«Tengo el horno de la estufa prendido desde la madrugada para poder calentarnos un poco», sostuvo la dominicana de 58 años de edad.

Explicó que está consciente de que mantener el horno prendido es muy peligroso, pero dice que si no lo hace, su familia se «congela».

Añade que desde que el anterior dueño, vendió el edificio los problemas con la calefacción son frecuentes.

Vive en el tercer piso y recuerda que desde hace un año la calefacción es insuficiente, lo que empeora la artritis de la que sufre, enfermedad atacada con severidad por el frío.

La situación es común.

El martes de la semana pasada y con todavía con el rastro dejado por la segunda tormenta más poderosa de este invierno, el Departamento de Vivienda recibió 2.175 quejas sólo ese día sobre la falta de calefacción.

Desde el primero de octubre de este año, el número de denuncias se sitúa en 137.846, superando las del 2012 que fueron de 124.076.

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