• 19 abril, 2024

José Lima, Un loco Manso…

Por Enrique Rojas
espndeportes.com

Orlando- Desde el momento en que recibí la noticia he buscado todas las excusas posibles para sentarme a escribir mis pensamientos al respecto. Es como si el corazón tratara de burlar a la razón con el burdo argumento de ignorar el hecho.

El pasado domingo fui despertado en mi hotel en Queens, Nueva York, con una llamada de Luichy Sánchez, gerente general de las Águilas Cibaeñas, para ponerme al día de que había recibido lo que él prefería considerar «un rumor» y no «una noticia» sobre la supuesta muerte del lanzador José Lima en Los Angeles.

La fuente que informó a Sánchez y las Águilas Cibaeñas era buena, pero ellos, al igual que todo el mundo, estaban en modo de «negación» hasta tanto la mala nueva no fuera un hecho requeteconfirmadamente real.

Fue José Azcona (simplemente «JD» para todos los que le conocen) el portador de la primicia y quien me puso en contacto directo con Dorcas Astacio, la viuda de Lima, para confirmar lo que pasó a ser noticia real y que con el dolor de mi alma debí reportar al resto del mundo.

Lima, uno de los personajes más pintorescos de la historia del béisbol dominicano y uno de los últimos extravagantes de Grandes Ligas, falleció en su cama víctima de un ataque masivo al corazón.

Casi una semana después aún me resisto a creer que un hombre lleno de vitalidad, joven y tan empeñado en hacerle la vida alegre a los demás como era Lima hubiera muerto repentinamente, al menos 40 años antes de lo que uno esperaría.

Aunque sus documentos legales señalaban que no cumpliría 38 años hasta el próximo 30 de septiembre, fuentes familiares confirmaron a ESPNdeportes.com que irónicamente murió el mismo día de su cumpleaños. Como la mayoría de peloteros dominicanos de su época, a Lima le falsificaron la edad, aunque solamente con tres meses de diferencia.

A Lima lo conocí en 1990. Yo cursaba mi primer cuatrimestre de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la primera del continente americano, y Lima entrenaba con los Tigres de Detroit, que lo habían firmado el año anterior, en el terreno de béisbol del alma mater, ya que la organización norteamericana no tenía una academia propiamente dicho en República Dominicana en esos tiempos.

Todos los días estaba a punto en esos entrenamientos, lo que llevó a mucha gente a advertirme de que el único título que conseguiría en la universidad sería de béisbol. ¡Y acertaron!

Comentarios