• 24 abril, 2024

La Xenófoba ley de Arizona

Rafael Núñez

El pasado viernes, una rubia de 65 años, estilizada, vestida con un glamour impresionante,  subió las escaleras del Capitolio de Arizona para firmar la ley SB 1070, cuyo origen y alcances tienen un marcado sesgo discriminatorio que raya en la xenofobia.

Previo a que rubricara su firma en la controversial ley, la señora Jan Brewer, gobernadora del estado de Arizona, ordenó militarizar la frontera con México con el pretexto de asegurar la línea fronteriza.

No está en discusión que las naciones tienen un derecho soberano para tomar las medidas migratorias que así consideren para regular la entrada de extranjeros a su territorio. La Ley de Arizona tiene, sin embargo, dudas sospechosas sobre la legitimidad de las razones que llevaron al Congreso y al gobierno estatal a sancionarla, lo que ha levantado una tempestad de protestas a nivel mundial. Un policía podrá cuestionar a cualquiera, no importa el lugar, sólo por sus facciones de inmigrantes, especialmente latinos. Ahí vendría el prejuicio, las violaciones a los derechos civiles, malos tratos, división de la familia y extorsión laboral. Ella debe ser partidaria de la construcción del muro entre Estados Unidos y México.

Tan sospechoso ha sido el origen de esta nueva legislación, que el propio presidente de Estados Unidos pidió al Departamento de Justicia revisar su legalidad.  Si se estudian las medidas adoptadas anteriormente por la gobernadora Brewer, se apreciará que la promulgación de esta legislación sigue la misma trayectoria de su proceder al frente de la Gobernación cuando, por línea sucesoria, el 21 de enero de 2009, ocupó el puesto que desempeñaba Jan Napolitano, designada por Barack Obama como Secretaria de Seguridad Nacional.

El sello de una republicana conservadora, de mano dura, cuyos planes tienen una marcada tendencia hacia la irresponsabilidad, se observa en los criterios externados para justificar la promulgación de esta ley antiinmigrantes. Mediante  otra legislación, la flamante gobernadora, nacida en Hollywoood, autorizó a los ciudadanos habilitados  tener armas de fuego sin que la autoridad policial tenga derecho a revisar o pedir explicación.  Las parejas homosexuales, que en la administración de Napolitano las consideraban cargas en la familia, fueron perjudicadas con la  derogación por parte de la gobernadora Brewer de ese beneficio.

Con la aprobación presupuestaria impulsada por Brewer, más de 400 mil niños de Arizona, que no tienen protección de seguro de salud, y que eran cubiertos por el denominado Kids -Care, quedaron desamparados a partir de la entrada en rigor de una nueva medida. Otra decisión de la gobernadora excluyó de protección de salud a 310 mil personas que se favorecían con servicios de salud financiados por el Estado.

Y como si todo esto fuera poco, la gobernadora de Arizona está entre los pocos que han llamado a sus Estados a una sesión legislativa especial para unirse a una acción en pleito contra la Ley de Salud, firmada por el presidente Obama.

Un dato que no deja lugar a dudas de que la soberbia hecha mujer, que gobierna Arizona en el bolsillo de su chaqueta, es que para el mes de agosto, la señora Brewer pretende reelegirse en el cargo. La gobernadora actúa sobre la base de que la política no sólo es un mecanismo de acceder al poder para pisotear, sino que sirve para darle riendas sueltas a la falta de sensibilidad.

La Ley de Arizona responde a esas dos razones, pero también es un desborde de autoridad de una gobernadora que trata de colocar a los inmigrantes, especialmente a los latinos, como chivos expiatorios de la crisis económica que padece Estados Unidos, reflejada en los problemas presupuestarios que desde antes de llegar al cargo arrastra su Estado. La respuesta desbordada de la gobernadora de Arizona indica que la administración Obama debe apurarse en conocer una Legislación Migratoria para evitar que estos brotes xenófobos se extiendan a otras ciudades.

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