Obama en la cuerda floja; proyectan republicanos pintarían de rojo el mapa nacional de EEUU
NUEVA YORK,- Abrumado por las insolubles cargas financieras, las guerras en el Medio Oriente, el virus del ébola, los escándalos frecuentes que envuelven incluso a miembros del otrora impecable Servicio Secreto (SS) y el incumplimiento de promesas en temas tan críticos y trascendentales como la reforma migratoria y de salud, hoy, a horas de cerrarse las urnas en unas cruciales elecciones por el control del congreso, el presidente Barack Obama, está en la cuerda floja.
Enfrentando también el más bajo nivel de popularidad en la historia para un huésped de la Casa Blanca, incluyendo a Richard M. Nixon, después del escándalo de Watergate, las posibilidades del Partido Demócrata, son más oscuras que nunca.
Los vaticinios, proyectan que el Partido Republicano, está en camino a pintar de rojo el mapa nacional de Estados Unidos, cuando se concluya el conteo de los comicios que abarcarán escaños senatoriales, congresuales y gubernaturas en gran parte de la nación.
Las proyecciones, apuntan a que los republicanos, estarían en condiciones de alzarse al menos con 43 de los 52 estados, en los que se eligen dos senadores por cada demarcación.
Aunque mantiene el respaldo de los jóvenes, negros y latinos, los porcentajes se le han reducido considerablemente en los últimos años.
Ese entusiasmo que capitalizó de esos grupos sociales en las elecciones del 2008 y el 2012, ha venido rebajando el entusiasmo drásticamente y ahora, los números bajan, atizados en parte por los recientes eventos en Milwaukee y Maryland.
Los liberales de la alta burguesía, leales a Obama desde el principio, también han disminuido el entusiasmo, poniendo a los demócratas en desventajas en las elecciones de hoy.
La última encuesta del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard en Massachusetts, muestra un 43% de jóvenes respaldando a Obama, número que no es significativamente más alto que el promedio nacional.
El 51% se inclinó por los republicanos y el 47% por los demócratas. El primer grupo votó en un 66% por Obama en el 2008 y el 60% lo hizo en el 2012.
De los hispanos, que apoyaron la reelección de Obama en un 71%, han bajado el respaldo al 49%.
Ganando los anteriores procesos con margen de 2-1, los demócratas se encaminarían a ser desplazados en la mayoría de escaños congresuales en los comicios legislativos de hoy.
En comparación con Bill Clinton, quien demostró capacidad y pudo capitalizar la incompetencia de George W. Bush, frente a problemas como la guerra de Irak y el huracán Katrina en Luisiana, en los años 2006 y 2008, el manejo de Obama a tópicos como el de la reforma migratoria, el Obamacare (seguro federal de salud) ha sido ampliamente menos aceptable.
Un punto a su favor, es quizás, la buena organización, pero de todos modos, deja a su partido en serios problemas.
Si aunque finalmente Hillary Clinton, lidera las encuestas para las elecciones presidenciales del 2016, ella vería sus números caídos.
Los propios demócratas, o prefieren neutralizarse o en pocos números darle el voto a los republicanos, que es lo que llaman el «voto de castigo».
El escenario, se pinta tenebroso y con terreno movedizo tanto para Obama como los otros líderes demócratas, especialmente los legislativos.
En el fondo, la historia está demostrando en este momento que Obama ha puesto a su partido en las peores condiciones de la historia, desde que Wilson Woodrow, hizo lo mismo hace casi un siglo.