• 26 abril, 2024

Otra mujer criolla mutilada por cirugía plástica en República Dominicana

De Miguel Cruz Tejada

Cecilia-Ureña.jpgNUEVA YORK,- La dominicana Cecilia Ureña es otra de las numerosas mujeres criollas que después de ir a la República Dominicana a someterse a una cirugía plástica o «estética», regresa con partes de su cuerpo mutilado.

«Yo me arrepiento mil veces, si me la hubiera hecho aquí en Nueva York, hubiera gastado menos dinero del que he gastado hasta ahora y estuviera más segura», es la propia conclusión de la señora Reyes.

Madre de dos hijas menores, Cecilia fue a la clínica Santo Domingo Plastic Center en agosto del año pasado para hacer la operación, pero se muestra muy arrepentida de esa decisión y sostiene que prefería haberse quedado gorda.

Fue operada por la doctora Ivelisse Bello, propietaria del centro, quien se promociona en televisión y la Internet.

«Primero, se me produjo un hoyito y cuando hablé con la cirujana, me dijo que se trataba de un punto que se había zafado», relató Ureña.

Contó que la cirujana, le dio otro punto en el mismo hoyito, pero la grapa quirúrgica se le soltó, porque ya la bacteria estaba avanzando.

Cuando Cecilia regresó a Nueva York, se le notificó, oficialmente que estaba infectada por una bacteria.

«He perdido mi trabajo, estoy perdiendo mi apartamento y mi casa y aquí no tengo ninguna ayuda económica», narró la dominicana.

Otros 15 casos de dominicanas que fueron a su país natal a hacerse diferentes tipos de cirugías, también fueron infectadas con la bacteria «mycobacterium absecessus», que aunque no es letal, sus consecuencias son de larga duración y los especialistas aclararon que no es contagiosa.

Recientemente, el propietario de la clínica Efecto Brush, Franklin Polanco y el supuesto cirujano Víctor Estévez, pero ambos fueron liberados con sendas fianzas esta semana.

Estévez, es acusado de ser un falso cirujano y quien ha intervenido a numerosas dominicanas.

Cecilia está sometida a tratamiento en un hospital de Nueva York y arrepentida, sostiene que le pide perdón a Dios.

«Le pido perdón a Dios por esto que me hice, porque parece que él me quería gorda», terminó diciendo la señora Ureña.

Muchas de las pacientes de esos «cirujanos» han muerto tanto en la República Dominicana como en Estados Unidos y Puerto Rico.

En el mejor de los casos, una gran cantidad de ellas han regresado a Estados Unidos infectadas por bacterias, con los senos mutilados, vientres putrefactos, heridas profundas en nalgas y otras partes del cuerpo, caras deformes y otras condiciones físicamente aberrantes, es hasta ahora, el precio que esas mujeres tienen que pagar en sus cuerpos, además del dineral con el que costean las «cirugías».

Desde hace varios años, se viene denunciando la mala práctica de esos «cirujanos», muchos de los cuales no son miembros de la Sociedad Dominicana de Cirugía Reconstructiva ni figuran en la membresía del Colegio Médico Dominicano.

Tres de esas mujeres, Teresa Fleury y su prima Martha y otra que declinó identificarse sin explicar las razones de esconder su identidad, han denunciado en sólo semanas, las mutilaciones de las que han sido víctimas en clínicas de «cirugía plástica» en el país caribeño.

El Departamento de Salud de Nueva York, mantiene la advertencia a las mujeres dominicanas de que no vayan a su país a someterse a las cirugías estéticas.

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