• 19 abril, 2024

Pelegrin no cree popularidad Danilo justifique reforma constitucional

Pelegrin CastilloEugenio Suárez

Santo Domingo,- El dirigente político Pelegrin Castillo dijo que el hecho de que un presidente sea popular nunca justifica una reforma constitucional para habilitarlo para una repostulación.

Castillo apunta que la popularidad es muy volátil, ya que hoy se tiene y mañana se pierde.

Y agrega que aunque un presidente sea una buena carta de triunfo electoral, eso en modo alguno autoriza una modificación a la Carta Magna para hacerle un traje a la medida.

Pero lo más importante—resalta — es que si se decide proponerla -lo que evidentemente ha sucedido- deben respetarse las formas constitucionales.

A juicio del dirigente de la Fuerza Nacional Progresista para un presidente en ejercicio-como en el caso del presidente Danilo Medina,  se precisan la realización de dos referéndums: uno previo, de carácter consultivo; y otro posterior, de carácter aprobatorio; así como respetar las normas básicas de procedimiento constitucional.

Precisa que Medina fue electo por un mandato popular, con una condición restrictiva que prohíbe la reelección consecutiva, y entiende que  para modificar ese texto es necesario consultar al que otorgó ese mandato sobre si es posible o conveniente hacerlo.

Explica que no es lo mismo solicitar a la Asamblea Revisora, integrada por políticos y partidos, aprobar una modificación que permita la reelección a instancias del Comité Político de un partido, que hacerlo como resultado de un claro y potente mandato popular.

Advierte que cuando se hace la reforma a partir del interés de los partidos y los legisladores, como lo ha admitido con claridad meridiana el propio Presidente Medina- sólo es posible hacerlo con un alto nivel de corrupción, manipulación y chantaje sobre la Asamblea y sus integrantes, y eso es un verdadero retroceso.

Según Pelegrin Castillo, negociar la formula reelección por reelección en un Congreso que ya tiene un mandato de 6 años, es darle un golpe mortal al sistema de partidos, que ya de por sí se encuentra deteriorado, y un atropello a la Constitución.

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