• 20 abril, 2024

Psicólogo dominicano describe perfil psicosomático de Trump y dice que “no es mentalmente saludable”

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,- El sobresaliente psicólogo dominicano Henry Montero, graduado con honores en Manhattan College y creador de una tesis que es alabada por expertos de numerosos países del mundo, describe el perfil psicosomático del presidente Donald Trump, como un hombre que “no es mentalmente saludable”.
Montero, también psicoanalista, asegura que el mandatario, sufre de un alto grado de narcicismo y otras deficiencias de conducta, entre las que están la inestabilidad emocional, la arrogancia, la prepotencia, inseguridad y buscar culpables donde no están.
Montero, respaldó el diagnóstico reciente de una junta de 35 psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas, con cuyos conceptos coincide respecto a Trump.
“La capacidad mental del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump se está convirtiendo rápidamente en un tema bipartidista”, dijo Montero, citando al senador de Minnesota Al Franken, quien dijo que él y varios de sus colegas comparten la opinión de que el presidente Donald Trump «no está bien mentalmente».
Explicó que desde el año 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría y sus miembros han respetado un principio comúnmente conocido como «la Regla de Goldwater», que prohíbe a los profesionales de la salud mental ofrecer opiniones sobre alguien que no han evaluado personalmente.
“La regla se llama así debido a su asociación con un incidente que tuvo lugar durante la elección presidencial Estados Unidos del año 1964. Durante esa elección, la revista Fact publicó una encuesta en la que interrogó a unos 12.356 profesionales de la rama de la salud mental que preguntaba si el candidato a la presidencia senador Barry Goldwater, por el Partido Republicano, estaba psicológicamente apto para ser presidente. De 2.417 de los consultados, 1.189 respondieron, diciendo que Goldwater no era apto para asumir la presidencia”, dijo Montero.
Señala que muchas preguntas han surgido acerca de Trump, durante su campaña y ahora más, como funcionario público a cargo de la oficina más alta de los Estados Unidos, acerca de su plataforma, su conocimiento de los temas, su lenguaje inflamatorio y su nivel de comodidad con la violencia política.
“Estas observaciones abordan algunos de ellos. Pero su objetivo central es crear un retrato psicológico del hombre. ¿Quién es él, realmente? ¿Cómo funciona su mente? ¿Cómo toma sus decisiones en el cargo?”.
Montero precisó que “al crear este retrato, extraeré de conceptos validados en los campos de personalidad, desarrollo y psicología social”.
Dice que “la personalidad de Trump es ciertamente extrema por cualquier estándar, y particularmente paradójica para un presidente; Muchas personas que se encuentran con él, sea negociando, en entrevistas, debatiendo, o viéndolo en la televisión y parecen encontrarlo desconcertante. En este ensayo, trataré de descubrir las disposiciones claves, los estilos cognitivos, las motivaciones y las autoconcepciones que, en conjunto, forman parte de su singular composición psicológica”.
El especialista dominicano apunta que “la ira parece ser una emoción de operandi detrás del alto nivel de extroversión de Trump, la ira puede alimentar la malicia que proyecta, pero también puede motivar el dominio social, alimentando el deseo de ganar la adoración de los demás”. Analiza Montero que “combinado con un humor sarcástico, con tono de desprecio (que también puede ser agresivo), la ira está en el corazón del carisma de Trump y su cólera impregna su retórica política”.
Agrega que “asustados por la arrogancia del presidente, el narcisismo, y síntomas de paranoia la actitud defensiva, la creencia en cosas falsas, la reflexividad conspiratoria y los ataques a los oponentes, los profesionales de la salud mental finalmente están hablando”.
Dijo el psicólogo que “el objetivo no es simplemente definir la enajenación del presidente, sino advertir al público donde inevitablemente conducirá las ideas del El Rey Desnudo. La Asociación Americana de Psiquiatría, dice que cualquiera que muestre cinco de los siguientes nueve rasgos egoístas tiene trastorno de narcisismo de la personalidad.
1) Tiene un sentido de grandiosidad de auto-importancia (exagera logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin logros proporcionales) 2) Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor ideal, 3) Cree que él o ella es «especial» y único y sólo puede ser entendido por, o debe asociarse con otras personas especiales o de alto estatus, 4) Exige admiración excesiva, 5) Tiene un sentido de derecho, 6) Es la explotación interpersonal, 7) Falta de empatía: no está dispuesta a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, 8), a menudo es envidioso de los demás o cree que otros tienen envidia de él o ella, 9), muestra comportamientos arrogantes, o actitudes altaneras.
“El presidente no entiende la diferencia entre proteger su legado y proteger al país. Las mentiras de Trump son delirantes. Pero los peligros que plantean sus acciones verbales son ahora muy reales”, precisa Montero.
Sostiene el especialista que “el daño psicológico que Trump crea es la ilusión de que los estadounidenses verdaderos sólo pueden ser ganadores si otros se convierten en perdedores, lo que normaliza lo que los terapeutas trabajan de variar los pensamientos de la tendencia de culpar a otros en nuestras vidas, por nuestros temores e inseguridades personales».
Puntualiza que “en lugar de tomar el camino más sano, pero más difícil de la autoconciencia y la auto responsabilidad, también normaliza una especie de hipermasculinidad”.
Montero concluye en que “en pocas palabras, Trumpism es inconsistente con una vida emocionalmente saludable y tenemos que expresarlo públicamente».

 

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