• 25 abril, 2024

Ruidos del silencio

Max Lauren G.

Prohibido bailar sin cédula

Resulta que los dueños y administradores de bares y discotecas y otros lugares de diversión están con el grito al cielo, por la decisión de la procuradora fiscal de Santiago, Yeni Berenice Reynoso, de iniciar una cacería de menores en centros que se supone solo deben entrar personas adultas.

Es una acción que hay que aplaudir aunque duela a muchos sectores que viven de la llamada industria del entretenimiento, hay que aplaudir que se haya querido controlar una situación que los parroquianos ven como normal, pero que no lo es, solo porque no se actúa.

Me pareció juicioso ver como tres jóvenes (muchachas),  le parecía ilógico que los porteros de Francifol, en la calle  Del Sol, le impidieran entrar porque no tenía cédula  en mano.

Trataron de convencer a los agentes de que eran mayores  de edad, pero no,  estos no se dejaron amilanar por la discusión de las féminas, se montaron en su vehículo con la convicción que en otro lugar sí la dejarían entrar.

Para los que abogan  porque la mayoría de edad debe ser reconocida desde los 16 años, recuerden que por el momento debemos regirnos por las reglas que hay, y no dudes usted que esas voces luego quieran que se baje a los 14 años.

Las leyes son para cumplirse, no para discutirse y levantar debate cada vez que un funcionario quiera ser mano dura.
El trabajo de la Fiscalía de Santiago en ese sentido ya se ha hecho sentir, los dueños y responsables de los bares, están mansitos y prefieren ahora perder unos centavos a que le cierren su negocio por tiempo indefinido, seamos sensatos, dominicanos, que se prohíba bailar sin cédula, es una buena medida, pero yo quiero ver también que se cierren bares porque contratan menores para explotarla como producto sexual, de estos negocios hay muchos en Santiago y ya hay precedentes, que lo identifiquen, que hasta ahora los casos solo envuelven a clientes, no a trabajadores.

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