• 18 abril, 2024

Sonajero

Grisbel MedinaGrisbel Medina R.
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Como presidente, Danilo Medina no ha cumplido dos años y la silla que ocupa ya tiene varios aspirantes. Incluso, uno muy cercano de su séquito, un compañerito que se mantuvo firme en los años en que Danilo fue expatriado del Gobierno y vivió abrumado por la avalancha leonelista. Resulta que esos candidatos no andan ni devoran solos la viña del erario. Son funcionarios que en vez de estar haciendo su trabajo, cumpliendo horas de servicio público, bailan la danza del proselitismo sin guardar apariencias, al menos, apelando a una licencia o renunciando al cargo.

Uno de los pretendientes de la ñoña presidencial es Francisco Javier García, ministro de Turismo, quien debe soñarse todos los días con la promesa de Danilo Medina de alcanzar los 10 millones de turistas antes de abandonar el Palacio. Pero no, el señor se mantiene seguro en su carrera por la presidencia y ya declaró que él le dará la sexta pela al PRD. Lo de él, ha dicho es “tumbarlo en el primer round”.

Y entonces, en la capital dominicana, en vez de vallas con mensajes alusivos al ahorro del agua (por la sequía, la producción de agua potable se redujo a 330 millones de galones por día), prevenir la violencia intrafamiliar o educar en el tránsito, hay rostros sonrientes de candidatos a la presidencia que ocupan funciones clave en el Estado. Es gente anotada en la nómina pública, donde deben trabajar y legislar por el pueblo, pero mantienen el cuerpo en las correrías de la aspiración particular, pagada con el patrimonio de los dominicanos. Por menos de eso hay gente tras las rejas y cesantes, pero, en otro país. Aquí sigue reinando el descaro. Y peor, aplaudido por alabarderos de discurso tan patrocinado como interactivos radiales politiqueros.

El mismo combate se divisa en la carrera por la teta de la alcaldía de Santiago. Doce pretendientes se le cuentan al despacho desde donde el alcalde Gilberto Serulle no ha sido capaz de despachar atinadamente algo tan vital como la recogida de basura, el manejo de los desechos sólidos, que tiene intoxicada la otrora ciudad de los corazones.

La última en ser anotada en la lucha, en un acto donde no estuvo, fue la gobernadora de Santiago, Aura Toribio. Y en ese afán, en vez del verbo ‘trabajar’ la clase política conjuga el vocablo ‘aspirar’, a costillas de un país, a decir de Don Pedro Mir “sencillamente triste y oprimido, sencillamente agreste y despoblado”.

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