• 25 abril, 2024

Sonajero

snajero.jpgGrisbel Medina R.
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Estaciones de gas

El puente no tiene la culpa de ser referente a malas noticias. Construido en un tramo de la avenida Bartolomé Colón, el puente fue -hasta hace poco- techo de decenas de familias que levantaron sus casas en la vulnerabilidad de una cañada. La prisa de quienes transitamos solo cesaba cuando irrumpía una nueva desgracia, pues cuando no era por inundación era el fuego que arrasaba con gente, ajuares y esperanzas.

Hoy no hay casitas bajo el puentecito de la Bartolomé Colón, en la especie de “pantalón” que se forma en una de las entradas al El Ejido. La alcaldía rellenó la cañada ñrecuerden que las aguas tarde o temprano vuelven- y esta vez construye edificios de apartamentos a pocos pasos del viaducto y pegaditos a una estación de combustible.

El alcalde Gilberto Serulle, otrora vocero de la gestión “socialista”, auspicia una obra multifamiliar que tendrá el corazón de sus inquilinos atado a la boquilla de una estación de gas.

La organización Santiago Somos Todos ha remitido una carta a los dolientes que debe tener la ciudad y que ostentan cargos con el poder suficiente para decidir la suerte de sus habitantes. La instalación de nichos de combustibles y construcción en áreas vulnerables, tiene un componente económico que escupe sobre las leyes y se burla de los 125 metros mínimamente requeridos entre un trazo habitacional y la bomba de tiempo que es una estación de gas.

“Nos oponemos a toda instalación de estación de combustibles cerca de áreas densamente pobladas. Creemos en el derecho de las personas a vivir en lugares lejos del peligro de explosiones por estaciones de combustibles”, reza el manifiesto de la organización santiaguera.

Lo que se aprueba y se instalan son negocios, no estancias infantiles ni comedores caritativos. Sin avergonzarse, aquellos funcionarios que descansan plácidamente en palacetes de buen clima y sin el tormento de la escasez primaria, ofrendan el visto bueno a infraestructuras de altísima peligrosidad para la gente que curiosamente representan.

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