
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el fuerte movimiento sísmico afectó a unas ocho millones de personas, en un país de casi 28 millones de habitantes.
Asimismo, el organismo internacional calculó que más de 1.4 millones de personas necesitan comida, y también hacen falta agua y abrigo.
Los socorristas trataban el martes de acceder a las regiones más remotas para ayudar a las víctimas, mientras cientos de habitantes de Katmandú, la capital, empezaron a abandonar el lunes la ciudad.
