¡A organizar una verdadera Federación Nacional de Padres y Amigos de las Escuelas!

Por Luís Céspedes Peña

Los continuos acontecimientos desfavorables para el desarrollo de la educación en nuestro país, demandan de la aplicación de nuevas estrategias que contribuyan a salvar la enseñanza pública, la cual no parece tener dolientes.

No hay un ser humano que se oponga al mejoramiento de las condiciones de vida de los educadores del Estado. Y menos a favor del mejoramiento de las estructuras escolares.

Estas dos cosas deben quedar bien establecidas para evitar confusiones.

Pero el país no debe continuar ajeno a que se siga utilizando la educación pública como estandarte para el desarrollo de posiciones políticas revestidas de demandas sociales para los profesores.

La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), como si no le importara, está perdiendo el poder de convocatoria y el apoyo en la población, debido a que se está dejando manipular de sectores políticos que, creyendo que están ganando simpatías a través de las protestas que están alimentando.

La ADP debe entrar en un proceso de reflexión. No debe continuar por el camino que pueda llevar a esa institución a una nueva división o poner en riesgo su existencia, como ya ocurrió con otros importantes gremios, como fue, para poner un ejemplo, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Compañía Dominicana de Electricidad (SITRACODE).

Estamos de acuerdos que en la medida de las posibilidades económicas del país, se mejoren las condiciones, no sólo de los profesores, sino de la mayoría de los trabajadores del Estado. Hasta hoy, el sector educativo público es el más privilegiado por el gobierno del Presidente Leonel Fernández Reyna.

Pero el Estado es sólo un administrador de los recursos de los contribuyentes.

Queremos aumentos  salariales, pero nos oponemos a que a que el gobierno ponga nuevos impuestos.

Si no es con nuevos impuestos, ¿cómo se van a recaudar los recursos que demandamos?

Como la democracia permite que cada sector se organice para defender sus derechos,  los padres y amigos de las escuelas están en el deber de formar una verdadera Federación Nacional que agrupe a todas las entidades que ya hay, pero que no saben para qué existen.

Hay que comenzar a organizar o reorganizar  la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela en cada centro escolar, con la idea de resolver algunos de los principales problemas del sector educativo público.

Cada año que los estudiantes pierden 30 días de clases, significa millones de pesos para  sus padres y un bajo nivel en el  aprendizaje para los alumnos.

Los profesores deben entender esta realidad y, aunque una gran mayoría de ellos está consciente de que no está jugando su papel, tienen que obedecer a las directrices de la ADP, que ahora se dejó quitar el poder por un sector político  enemigo del gobierno.

Los que salen a protestar en contra del gobierno, son los mismos que el 16 de Mayo, en cada proceso electoral, votan en contra del partido que gobierna la nación.

¡Nadie se opone al 4 por ciento (%) para la educación! Pienso que un día el porcentaje  deberá ser mayor, pero en los actuales momentos, con un país que apenas pudo soportar los embates de la recién crisis económica mundial que llevó a la quiebra a millares de empresas en Estados Unidos y Europa, no creo que esa petición pueda ser posible.

Pero mientras siguen los acontecimientos patrocinados por sectores que más que luchar por la educación lo que buscan es un cambio de gobierno, los padres de los estudiantes deben comenzar a trabajar por la organización de un instrumento que defienda sus intereses.

Esos problemas no existen en los colegios privados, donde la mayoría de profesores gana salarios más bajos, pero más comprometidos con la educación de los estudiantes.

Mi hijo más pequeño: Luís Miguel, que ya cumplió los 18 años y que estudia Ingeniería Informática en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), me preguntó, en un momento que me observó escribiendo un artículo titulado: Por qué no a las alianzas estratégicas:  ¿Pá, cuál es el papel de la ADP y la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela en el sector público?

Me detuve de escribir y  le dije: ¿ Por qué me haces la pregunta?

“Le hago la pregunta, porque escuché a Haime Thomas Frías y a Carlos Manuel Estrella comentar en  El Cafecito, que recibieron una denuncia de una escuela pública donde hay agua ni jabón en una  letrina para lavarse las manos”.

Sé que su inquietud se debe a que como él,  desde el Kínder de la educación (antes de llegar al primer grado), estudió en el Colegio Católico Madre Teresa de Calcuta y concluyó el bachillerato en el Colegio Germosén, también de la misma religión, ambos privados, la  respuesta  es simple en ese orden: no sabe de los dolores de cabeza que tienen que pasar los estudiantes de la educación pública, en algunos casos, por la irresponsabilidad de profesores, no de todos.