ACLU denuncia fallas sistémicas que provocan condenas erróneas contra minorías en EE. UU.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) publicó este miércoles un informe que revela profundas fallas estructurales en el sistema de justicia de Estados Unidos que han derivado en condenas erróneas, especialmente contra minorías étnicas. La organización advierte que estas irregularidades han llegado incluso a sentencias de pena de muerte impuestas a personas que posteriormente fueron exoneradas o que, en el peor de los casos, ya habían sido ejecutadas.
Megan Byrne, abogada del proyecto a cargo de la investigación, afirmó que “cada condena injusta revela no solo un fracaso individual, sino patrones de injusticia sistémica incorporados a la pena de muerte en sí misma”.
Ejecutados siendo inocentes
El informe detalla que desde la reinstauración de la pena capital en 1973, al menos 21 personas “probablemente inocentes” fueron ejecutadas. La mayoría pertenecía a comunidades afroamericanas, lo que refuerza la denuncia de que la pena de muerte continúa operando sobre bases históricas de discriminación racial.
Byrne señaló que “la pena de muerte se construyó sobre una base de racismo, y esas raíces aún dan forma a su funcionamiento en la actualidad”.
Casi 200 exonerados tras condenas injustas
La ACLU subraya que casi 200 personas condenadas a muerte y posteriormente exoneradas eran en realidad inocentes. Más de la mitad de estos casos correspondían a personas negras.
La organización precisa que el factor determinante en estas exoneraciones fue la identificación de testimonios falsos, que afectaron al 93,8 % de los acusados latinos y al 70,7 % de los afroamericanos incluidos en el análisis.
Errores graves y malas prácticas
El informe identifica otros elementos que contribuyeron a estas condenas injustas, entre ellos:
•Mala conducta de fiscales y agentes policiales.
•Testigos que identificaron a personas equivocadas.
•Jurados sin la preparación o confiabilidad necesarias para casos de pena capital.
La ACLU concluye que estas fallas no son hechos aislados, sino síntomas de un sistema que continúa reproduciendo desigualdades raciales profundas en la administración de justicia.

