Acusan a hermanos Serulle de supuesto manejo irregular en fondos
Los hermanos Sigfredo y Gilberto Serulle
SANTIAGO.-Dos concejales de aquí formalizaron este miércoles una querella contra la Alcaldía, a la que acusan de haber vendido propiedades convertidas en chatarras del municipio valoradas en 20 millones de pesos, sin que alegadamente el dinero haya sido remitido a las arcas municipales.
Del supuesto uso indebido de esa cantidad de dinero los ediles Domingo Ureña y José Díaz, representantes en el Concejo de los partidos de Acción Liberal y Revolucionario Dominicano, acusan al alcalde Gilberto Serulle y a su hermano Sigfredo Serulle, encargado de los departamentos de transportación y limpieza.
El depósito de las pruebas que Ureña y Díaz dicen poseer se las entregaron este miércoles al magistrado Juan Carlos Bircann, ayudante del procurador de la Corte de Apelación de aquí, Víctor González, quien prometió estudiar la pieza.
Hace poco más de un año esos ediles hicieron una denuncia-querella en ese tribunal, la que no fue aceptada entonces porque las autoridades judiciales entendieron que legalmente no estaba sustentada.
Ante esa situación, Ureña y Díaz se dispusieron a buscar las evidencias del supuesto desvío de fondos que debieron llegar a la Tesorería del cabildo, por lo que ayer llevaron las constancias requeridas entonces.
Según esos datos, a la Alcadía no ingresaron los fondos generados por la venta como chatarras de 22 camiones, dos procesadoras de asfalto, una máquina para elaborar blockes de construcción y cuatro camionetas, descargadas por Bienes Nacionales y autorizadas sus ventas.
“Las ventas se produjeron, pero resulta que los casi 20 millones de pesos generados por esas transacciones no ingresaron a los fondos del cabildo, de lo que acusamos al alcalde Serulle y a su hermano Sigfredo”, indicaron Ureña y Díaz.
Ellos también reclaman datos que permitan establecer las ubicaciones y condiciones de seis camiones, dos automóviles y cinco camionetas, que ya no aparecen en el sistema del cabildo, pero que ignoran sus paraderos.
