Acusan un sospechoso por el asesinato de rapero dominicano frente a funeraria del Alto Manhattan
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK,- La policía de cuartel 33 arrestó y acusó a uno de dos sospechosos por el asesinato del rapero dominicano Joshua Meléndez (Jay Hundoz) de 26 años de edad, el 2 de septiembre a las 11:05 de la noche frente a la funeraria McGonnel Funeral Home en la avenida Saint Nicholas y calle 175, frente a la iglesia católica La Encarnación.
El sospechoso fue identificado por los investigadores como Kristian Ares Torres, de 27 años de edad y residente en El Bronx.
Según la policía, Torres le disparó a quemarropa al rapero, que vivía en la calle 172 a pocas cuadras de la escena del crimen, mientras el cantante caminaba por la acera de la funeraria, desde una pasola que abordaba junto a otro hombre que la conducía, pero se desconoce si el segundo fugitivo ha sido arrestado.
Aunque ambos estaban encapuchados pudieron ser identificados en las investigaciones.
La policía no ha especificado un móvil para el homicidio contra el rapero que aspiraba a convertirse en una estrella del género y había grabado numerosos temas para un sello discográfico importante que lo estaba proyectando.
Después de ser baleado, según muestra un video de una de las cámaras de seguridad, el rapero trató de huir de los balazos, pero se desplomó en el centro de la calle 175, desde donde fue transportado por los paramédicos al hospital Presbiteriano de la calle 168 y avenida Broadway, donde se le declaró muerto.
El video completo de la ejecución muestra cuando la víctima estaba caminando por la acera de la avenida y dirigiéndose a la esquina de la calle 175, cuando de repente, aparecieron a toda velocidad los ejecutores en la pasola.
El de atrás, cubriéndose la cabeza y el rostro con una capucha blanca, esgrimió la pistola cuando su cómplice que conducía la pasola, se detuvo frente a la víctima y sin mediar palabras le disparó en la cara.
Numerosos transeúntes y curiosos que dijeron a este reportero la noche del crimen, haber escuchado entre 7 a 8 disparos, se amontonaron y algunos comenzaron a grabar la horrorosa escena, en la que la víctima cayó boca abajo con la cara sellada por la espesa sangre.
Policías del cuartel 33 que llegaron a la escena le aplicaron los primeros auxilios dándole golpes en el pecho en un intento por salvarlo, pero el esfuerzo fue inútil.
Fue baleado en un brazo, el pecho y el hombro.