Adrián Beltré y otros exjugadores muestran mayor relajación tras retirarse del rendimiento en el campo
Cooperstown, Nueva York,– La disciplina es clave en la vida de un jugador de Grandes Ligas, con una agenda estricta de 162 juegos por temporada, entrenamientos de primavera y posiblemente postemporada. Incluye acondicionamiento físico, análisis de datos avanzados, reuniones y prácticas de bateo y fildeo, todo crucial para el rendimiento en el campo.
Algunos jugadores manejan esto mientras mantienen una relación fluida con la prensa y los fanáticos, pero otros encuentran más difícil equilibrarlo. Un caso extremo es el de Randy Johnson, quien, aunque no fue siempre accesible durante su carrera de 22 años en Grandes Ligas, su actitud cambió notablemente tras su inducción al Salón de la Fama.
Adrián Beltré, quien será exaltado este domingo en Cooperstown tras una distinguida carrera de 21 años, presenta un contraste con Johnson. Si bien nunca fue tan reservado, siempre mostró cierta incomodidad al hablar de sí mismo durante su trayectoria, durante la cual alcanzó 3,166 hits y 477 jonrones.
Ahora, tras participar en el Juego de Estrellas en Arlington, Texas, Beltré espera con entusiasmo su momento en Cooperstown. Aunque confiesa nervios por su discurso, se le ve más relajado ahora que ha dejado el terreno de juego.
El presidente del Salón de la Fama, Josh Rawitch, ha conocido a Beltré desde sus días en los Dodgers, notando su evolución de jugador a miembro del Salón de la Fama. Para Rawitch, la transición de jugadores como Beltré y Johnson de la intensidad del juego a una actitud más relajada es natural tras retirarse.
Beltré ha expresado su deseo de disfrutar plenamente de su inducción al Salón de la Fama después de su discurso, aunque no le entusiasme hablar de sí mismo.