
El caso del abogado Amancio Herrera Turbí es el mejor de los ejemplos, ultimado cuando entraba a su oficina en la avenida Las Carreras En Santiago.
En Santo Domingo tras la muerte de una mujer se han desencadenado otros, incluso de testigos presenciales en el hecho.
La sociedad prácticamente está de rodilla ante los criminales. Si seguimos solo con preocupaciones externadas por el procurador o el jefe de la Policía como han hecho estos funcionarios en los últimos días, tan solo lamentarse, la verdad es que “estamos presos por la guardia de Mon”.
Estas lamentaciones no nos llevan a nada y se requiere de mayor esfuerzo y energía para enfrentar este mal.
