• 26 abril, 2024

Arzobispo advierte delincuencia ameneza estabilidad

Arzobispo-advierte-delincuencia-ameneza-estabilidad.jpgSantiago- El arzobispo Ramon Benito de la Rosa y Carpio advirtio sobre los niveles de delincuencia que dijo afronta el pais y reclamo un mayor esfuerzo de todos los sectores, debido a que la imagen a nivel internacional se va deteriorando.

“Partiendo del asalto a un sacerdote de nacionalidad haitiana que presta servicios en esta ciudad de Santiago. Es difícil venir de un país extranjero y encontrarse con esta realidad”, indico.

El religioso lamento como la gente se hace dueño de la vida de los demás, para quitarles sus pertenencias.

“El dijo, “déjenme la vida, soy sacerdote” y por eso no lo mataron.

Cuando la delincuencia se ejerce en contra de extranjeros el país queda en entre dicho y esto le hace daño al país como destino turístico”, agrego.

Aunque reconoce que todavía hay solidaridad y bondad, “ojala que no se pierdan, a pesar del miedo los valores siguen ahí”.

De la Rosa y Carpio cree que tarde o temprano la violencia desaparece, pero reclama que se concreticen acciones para que disminuy lo mas rápido posible.

“En esta época de fin de año tiende a aumentar la inseguridad en la población. El hecho de atribuir los hechos delictivos a la pobreza, hace pensar que todos los pobres son delincuentes y eso no es así. Hay que hacer un llamado a los delincuentes, que piensen en el mal que hace, delinquir para parrandear es terrible”, dijo.

Al hacer un llamado con motivo de la Navidad, aduce que en esta época hay que compartir, no matar, no robar, sacar lo mejor de la navidad.

Llamo a brindar apoyo de la ciudadania a las autoridades y purificarlas para que sean personas incorruptas.

Lamento que existan políticos con miedo de exigir las leyes, “eso tiene que cambiar, el político esta buscando el voto por el dinero que tiene, pero la gente exige que se hagan cumplir las leyes.

Dijo que la consciencia esta creciendo, los laicos en política deben dar testimonio de honradez. Los laicos deben prestar el servicio en el templo más difícil que es el mundo.

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