Asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, sacude a México y pone en jaque la seguridad del Gobierno de Sheinbaum
El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, generó una profunda conmoción en México y colocó al Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum en el centro de una nueva crisis de seguridad, pese a la histórica reducción de homicidios registrada desde su llegada al poder en octubre pasado.
Ejecución durante el Día de Muertos
La noche del sábado, Carlos Manzo, de 40 años, fue asesinado a tiros mientras encabezaba la fiesta del Día de Muertos en un parque repleto de familias y niños. El edil, quien había ganado la alcaldía de Uruapan en 2024 como candidato independiente, había denunciado en varias ocasiones la presunta influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de los Caballeros Templarios en la política local, señalando incluso vínculos con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, del partido Morena.
Conmoción social y reclamo de justicia
Durante el velorio de Manzo, su viuda, Grecia Quiroz, responsabilizó al crimen organizado por el asesinato y prometió continuar la lucha de su esposo contra la corrupción y los cárteles, asegurando que “fue el único que se atrevió a levantar la voz”. En medio de flores, velas y cánticos, cientos de personas acompañaron el cortejo con lemas como “Fuera el gobierno corrupto y asesino” y “Carlos vive en su pueblo”.
Tensión en el funeral y rechazo al gobernador
El clima de indignación se intensificó cuando el gobernador Ramírez Bedolla acudió al velorio bajo fuerte resguardo. Apenas pudo permanecer unos minutos, ya que la multitud lo recibió entre gritos de “¡Fuera asesino!”. Una mujer incluso lo abofeteó al intentar ingresar a la sala velatoria, reflejando el profundo rechazo popular.
Amenazas y falta de protección
Según fuentes oficiales, Manzo había solicitado protección federal ante las constantes amenazas que recibía. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, confirmó que contaba con custodia de la Guardia Nacional desde diciembre, reforzada en mayo con 14 agentes adicionales y dos vehículos. Sin embargo, el operativo no evitó el crimen.
Tras el asesinato, líderes de la oposición denunciaron abandono y negligencia por parte del Gobierno, mientras que colectivos ciudadanos exigieron una investigación independiente sobre los hechos.
México, entre la reducción de homicidios y la violencia persistente
El homicidio de Manzo ocurre apenas un mes después de que Claudia Sheinbaum destacara una reducción del 32 % en los homicidios durante su primer año de gestión. Sin embargo, el ataque en Uruapan volvió a evidenciar el poder del narcotráfico y los riesgos que enfrentan los funcionarios locales en regiones con fuerte presencia criminal.
Protestas y reacciones internacionales
Horas después del asesinato, manifestantes tomaron el Palacio de Gobierno de Michoacán, exigiendo la renuncia del gobernador y justicia para Manzo. Las protestas derivaron en disturbios, daños materiales y detenciones.
Desde Estados Unidos, el Departamento de Estado expresó su disposición a reforzar la cooperación en materia de seguridad con México, subrayando la necesidad de proteger a las autoridades locales.
Alcaldes bajo amenaza
La prensa mexicana reportó que, desde el inicio del Gobierno de Sheinbaum, siete alcaldes han sido asesinados. Aunque los datos muestran una tendencia a la baja —en comparación con los 45 homicidios de alcaldes durante el sexenio de Felipe Calderón y los 85 de Enrique Peña Nieto—, los recientes hechos demuestran que la violencia política sigue siendo una amenaza latente en México.

