
El ataque, que incluyó un coche bomba suicida, aparentemente estuvo dirigido a una agencia similar a Servicio Secreto estadounidense, que provee protección a funcionarios de gobierno de alto rango.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el ataque en los “términos más fuertes posibles” y dijo que mucha gente fue muerta o herida. Agregó que el ataque “claramente muestra la derrota del enemigo en una batalla frente a frente” con fuerzas de seguridad afganas.
El portavoz del Talibán, Zabihullah Mujahid, en una declaración enviada a los periodistas, se atribuyó responsabilidad por el ataque que estuvo dirigido a la agencia de inteligencia a la que calificó como “uno de los brutales e inhumanos órganos” del gobierno de Kabul.
El ataque suicida tuvo lugar cuando insurgentes del Talibán han intensificado sus ataques en más de 15 provincias afganas como parte de su ofensiva anual de primavera.
