Atribuyen a enemigos fe cristiana críticas a predicador TB Joshua
Eugenio Suárez
SANTO DOMINGO.-El pastor evangélico Domingo Paulino Moya salió en defensa del predicador TB Joshua y definió a sus críticos como enemigos del evangelio y la fe cristiana.
Paulino Moya, presidente del Ministerio Jesús es Sanidad y Vida Eterna, dijo que “voces enemigas” del evangelio y la fe cristiana han tendido una cortina de “humo negro” en contra del mensaje sanador y esperanzador del predicador nigeriano
Indica que los detractores del mensaje cristiano fueron a grabar y tomar fotos a las cubetas dónde se recogían las ofrendas durante el evento en el Estadio Olímpico.
Pero observó que estos no hacen lo mismo con las contribuciones de otras religiones, ni se refieren a las fortunas que asegura tienen muchos jerarcas religiosos de otras denominaciones poseen en bancos locales y extranjeros
Agrega que esta gente tampoco dice nada en contra del estrangulamiento económico sistémico que por décadas se le aplica a los evangélicos y a sus entidades cristianas”,
Empero, apuntó que estas personas tienen en cada iglesia evangélica las puertas abiertas para sí recapacitan puedan pedir perdón a Dios por todos las injurias emitidas contra el santo evangelio de Jesucristo.
En otro orden, el reverendo Paulino Moya valoró el apoyo y reconocimiento de sectores del gobierno a la actividad del predicador TB Joshua que a su juicio, produjo paz, sanidad y liberación en una nación que adolece de males sociales, fruto en gran parte de vivir una vida desenfrenada de pecado y maldad.
Por otro lado, representantes de diferentes sectores cuestionaron el respaldo del Gobierno del presidente Danilo Medina y del Congreso Nacional a las actividades en el país del predicador nigeriano
Y consideraron las supuestas curaciones masivas de fin de semana, en el Estadio Olímpico un espectáculo de mal gusto y un atropello a la inteligencia de los dominicanos.
Mientras, el diputado Fidel Santana, presidente del partido Frente Amplio, atribuyó el apoyo de sectores del oficialismo al predicador como “un intento de ganar simpatías políticas”.
