Avances hacia una prueba para el cáncer de próstata agresivo
Investigadores de la Harvard informan sobre lo que consideran que es un gran avance en la tan esperada meta de hallar una prueba genética que pueda distinguir entre el cáncer de próstata agresivo que exige tratamiento urgente y los tumores de crecimiento lento que se pueden dejar sin tratamiento con seguridad.
Actualmente, muchos hombres a los que se ha diagnosticado cáncer de próstata reciben tratamiento con radioterapia o quimioterapia, a pesar de que la mayoría de esos cánceres se desarrollará con tanta lentitud que no se consideran peligrosos. Se trata de los cánceres que hacen metástasis, es decir los que se propagan más allá de la glándula prostática, los que resultan potencialmente mortales.
«Por primera vez, mostrarnos en un modelo ratonil que cuando se elimina un gen, se obtiene la metástasis y, si se vuelve a poner, no hay metástasis», señaló Karen Cichowski, autora del estudio, profesora asistente de medicina de la división de genética del Hospital Brigham and Women’s de la Harvard. «Parece que toda la vía es guiada por este gen, la cascada que suscita la metástasis».
Los estudios con los cánceres de próstata humanos han mostrado el mismo efecto, dijo. «Hemos examinado la vía genética en una gran cantidad de tumores humanos y hemos hallado que está desregularizada en los cánceres de próstata más avanzados».
El hallazgo podría conducir a una mejor comprensión del cáncer de próstata porque la molécula cuya producción está gobernada por el gen puede ser el blanco de una terapia farmacológica, aseguró Cichowski.
La molécula, designada como EZH2, es una enzima y éstas «siempre son buenos blancos terapéuticos potenciales», dijo. «Muchas empresas están trabajando para desarrollar inhibidores de la EZH2.
El programa del Hospital Brigham and Women es uno de varios que diversos centros de investigación médica en los EE. UU. están realizando a manera de competencia. Están buscando un conjunto de genes cuya conexión con el cáncer de próstata fue descrita por primera vez en 2002 por Jer-Tsong Hsieh, profesor de patología y urología del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern de Dallas.
«Nos complementamos mutuamente, nuestros hallazgos son muy similares», aseguró Hsieh respecto al trabajo de la Harvard. «Soy bióloga celular y examino las proteínas. Ella usa un método genético».
El grupo de Hsieh ha publicado varios artículos sobre la investigación, incluso uno hace un mes. Un esfuerzo actual es desarrollar un reactivo que pueda detectar la enzima, dijo.
Otro investigador en la genética del cáncer de próstata es el Dr. Arul Chinnaiyan, profesor de patología y urología de la Universidad de Michigan.
El estudio sobre el que se informó recientemente «proporciona una bonita relación mecanicista para explicar por qué la EZH2 conduce al cáncer metastásico», aseguró Chinnayain. «Es emocionante porque hay mucho interés en el mundo de la biotecnología en el desarrollo de inhibidores de la EZH2».
Su laboratorio está trabajando en inhibidores de ese tipo, agregó Chinnayain.
«Chinnayain mostró que este gen para la EZH2 es de alta expresión en el cáncer de próstata avanzado»; aseguró Cichowski. «Hsieh mostró que otro gen de esta vía genética era blanco de la EZH2 y podía ser silenciado por ésta. Era uno de 250 genes a los que se dirige la EZH2. Mostramos que en un modelo ratonil, el gen es blanco primario del EZH2 en el cáncer de próstata».
Ese gen, el DAB2IP, resulta suprimido en el cáncer de próstata humano y el grado de supresión se correlaciona con la agresividad de un cáncer, decía el informe de la revista.
«Éste es el primer estudio en mostrar definitivamente que no solo el gen sino la vía conducen a la metástasis en el cáncer de próstata», aseguró Cichowski. «Ahora que conocemos esta vía, hay muchas maneras de dirigirnos a ella».

