Barcelona, España.– En un nuevo esfuerzo por combatir la masificación turística, el Puerto de Barcelona cerrará dos de sus terminales de cruceros a partir de 2025, reduciendo de siete a cinco las infraestructuras operativas. La medida, anunciada este viernes en un comunicado oficial, forma parte de un acuerdo entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Barcelona para mitigar el impacto del turismo de masas en la ciudad.
El plan también incluye una inversión público-privada de 185 millones de euros (unos 216 millones de dólares) destinada a modernizar las operaciones portuarias y hacerlas más sostenibles. Entre las mejoras figura la instalación de conexiones eléctricas en tierra para que los barcos puedan apagar sus motores mientras están atracados, reduciendo así sus emisiones contaminantes.
Además, el acuerdo financiará un estudio de movilidad para analizar cómo se desplazan los cruceristas por la ciudad, un paso clave hacia el diseño de un plan de movilidad urbana sostenible, según indicó el consistorio.
Barcelona, que en 2024 recibió casi 1,6 millones de pasajeros de cruceros en tránsito y cerca de 100 millones de turistas en todo el país, ha intensificado sus acciones para limitar los efectos negativos del turismo. La presión vecinal ha crecido, con protestas que denuncian la gentrificación, el aumento del alquiler y la transformación de barrios históricos en zonas turísticas.
Esta nueva medida da continuidad a un proceso iniciado en 2018, cuando las autoridades acordaron reubicar las terminales de cruceros fuera del núcleo urbano. En octubre de 2023 se cerró la terminal norte, y antes, la terminal Maremagnum fue transformada en un espacio de ocio y servicios, con restaurantes, puerto deportivo y un acuario.
El cierre de estas dos terminales representa un nuevo capítulo en los esfuerzos de Barcelona por equilibrar su economía turística con el bienestar de sus residentes y el respeto al entorno urbano.
