• 6 diciembre, 2025

Bertha Zúniga: hija de Berta Cáceres desafía amenazas para defender derechos indígenas en Honduras

Bertha Zúniga, hija de la reconocida ambientalista hondureña Berta Cáceres, no es ajena a las amenazas ni a la violencia. Años atrás, recuerda, fue perseguida junto a sus compañeros por hombres armados con machetes en el oeste de Honduras. Un vehículo bloqueó su paso y los atacantes intentaron agredirlos, pero lograron escapar.

Ese episodio ocurrió poco después del asesinato de su madre en marzo de 2016, un crimen que conmocionó al mundo y que la llevó a asumir el liderazgo del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), grupo fundado por Cáceres para proteger las tierras del pueblo lenca.

Una lucha marcada por la violencia

El COPINH ha encabezado la resistencia contra proyectos como la represa Agua Zarca, suspendida tras la presión comunitaria. Activistas denuncian que esta obra afectaría al río Gualcarque, destruyendo ecosistemas y fuentes de sustento de la comunidad lenca.

En 2013, Cáceres organizó un bloqueo de carreteras en Río Blanco para impedir el acceso de la empresa Desarrollos Energéticos S.A. (DESA), responsable del proyecto. La protesta se extendió por más de un año pese a desalojos violentos y represión militar. Durante esos enfrentamientos, un soldado fue arrestado por el asesinato de un activista.

“Me di cuenta de que era una lucha mucho más agresiva que la que habíamos tenido en la historia del COPINH”, relató Zúniga en entrevista con CNN.

El legado de Berta Cáceres

Berta Cáceres sabía que su trabajo la ponía en riesgo. Incluso antes de su asesinato, sufrió ataques contra su vehículo y amenazas directas. Un año antes de su muerte, reunió a sus hijos y les advirtió que en Honduras “cualquier cosa podía pasar”.

Las investigaciones posteriores confirmaron que su asesinato fue producto de una conspiración. Hasta la fecha, ocho personas han sido condenadas, entre ellas el exejecutivo Roberto David Castillo, sentenciado a más de 22 años, y Sergio Rodríguez, exgerente ambiental de DESA, condenado a 30 años como instigador del crimen.

Honduras, tierra peligrosa para ambientalistas

Según Global Witness, Honduras ocupó en 2024 el sexto lugar en muertes de defensores ambientales, con cinco casos documentados. El organismo denuncia que gran parte de los recursos naturales del país se encuentran en territorios indígenas y que las concesiones se otorgan a empresas privadas sin consulta previa a las comunidades.

La violencia contra activistas continúa: en 2023 fueron asesinados Aly Magdaleno Domínguez Ramos y Jairo Bonilla Ayala, opositores a una mina de hierro, mientras que en 2024 perdió la vida Juan López, crítico de proyectos mineros e hidroeléctricos.

Amenazas actuales contra Zúniga

Casi una década después del asesinato de su madre, la familia Cáceres sigue en riesgo. Este año se filtró información confidencial del esquema de seguridad del Gobierno hondureño para proteger a Zúniga y sus familiares, revelando datos sensibles de sus vehículos y desplazamientos.

La Fiscalía reconoció la “grave violación de confidencialidad” y anunció una investigación, además de ajustes en las medidas de protección.

En redes sociales, Zúniga también ha sido blanco de campañas de desprestigio con imágenes manipuladas de su rostro ensangrentado, similares a las que en su momento atacaron la imagen de su madre.

Una causa más grande que la familia

Pese a las amenazas, Zúniga asegura que no abandonará la lucha por la defensa de los territorios indígenas en Honduras.

“Su espíritu me acompaña y me protege”, expresó al referirse a su madre. “Sé que está conmigo”.

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