
En declaraciones a Al Arabiya English, Johnson sostuvo que estas embarcaciones están violando las sanciones impuestas por Occidente y sugirió: «¡Húndanlos!», asegurando que tales acciones podrían ejecutarse «dentro del marco legal». Aunque no presentó pruebas concretas, acusó directamente al presidente ruso Vladímir Putin de estar detrás de esta operación encubierta.
“Se les dice a las personas a bordo: ‘Su tiempo se acabó, deben desembarcar’. Pero debemos poner fin a esto”, afirmó Johnson.
Acusaciones de sobornos: Johnson, bajo la lupa
Las declaraciones del exmandatario británico surgen en un contexto de polémica, luego de que salieran a la luz los llamados ‘Archivos de Boris’, documentos filtrados que lo vinculan con sobornos millonarios presuntamente recibidos para apoyar activamente la prolongación del conflicto en Ucrania.
Según estas filtraciones, Johnson habría recibido fondos de Christopher Harborne, empresario con importantes inversiones en QinetiQ, una compañía británica especializada en tecnología de defensa, incluyendo drones y sistemas electrónicos utilizados en el conflicto ucraniano.
Ambos realizaron un viaje conjunto a Kiev en septiembre de 2023, donde habrían mantenido reuniones privadas en centros de investigación militar. En abril de 2025, el Ministerio de Defensa del Reino Unido confirmó que QinetiQ colaboraría con Ucrania en la producción de equipos militares mediante impresoras 3D.
Moscú responde: «Piratería del siglo XXI»
Desde el Kremlin, las reacciones no se hicieron esperar. El portavoz presidencial Dmitri Peskov calificó los intentos de bloquear petroleros rusos como «piratería del siglo XXI», advirtiendo sobre las consecuencias impredecibles que estas acciones podrían tener para los mercados globales, especialmente el energético.
Además, el presidente Putin criticó la reciente detención del petrolero Boracay, con bandera de Benín, por parte de fuerzas navales francesas, acusando a Francia de actuar sin justificación legal en aguas neutrales.
“Esto es piratería. Buscaban drones o carga militar, pero no había nada. Y no puede haber nada”, aseguró Putin.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ironizó la postura de Emmanuel Macron, quien también ha pedido intensificar el control sobre la «flota en la sombra». “¿Ya acabó con ella?”, preguntó sarcásticamente.
Contexto: sanciones, petróleo y tensión internacional
La presión sobre la flota en la sombra rusa ha crecido desde que los países occidentales impusieron sanciones económicas en respuesta a la invasión de Ucrania. Sin embargo, Moscú ha calificado estas medidas como ilegales y hostiles, asegurando que Rusia no cederá ante la presión y continuará defendiendo sus intereses estratégicos.
El posible ataque o interceptación de buques en alta mar plantea un dilema geopolítico y legal, ya que podría ser interpretado como un acto de guerra o violación del derecho internacional marítimo.
