Camino estima quedan atrás etapas educativas deprimentes
Camino ve con optimismo el futuro de la educación
SANTIAGO.- El semanario católico Camino consideró que en los últimos años ha cambiado el panorama educativo nacional quedando atrás etapas educativas deprimentes, con escuelas que parecían ruinas y docentes viviendo en condiciones miserables.
Por eso, el vocero escrito del Arzobispado de esta ciudad ve con optimismo el futuro de la educación en el país, pues es de opinión de que ningún pueblo avanza sino tiene a la educación como eje fundamental para alcanzar su desarrollo.
El criterio de Camino sobre el particular aparecerá consignado en su editorial de la edición de este domingo en el que, con el título de “La escuela que soñamos”, se refiere al inicio, el pasado lunes, del año escolar 2016-17.
Del cambio experimentado en el sector educativo público, el rotativo católico lo vincula con el aumento del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, decisión que dice está dando sus frutos.
“Nos encaminamos a lograr nuevas metas y subir los peldaños de un aprendizaje de calidad adecuado a los exigencias de estos tiempos”, agrega el editorial.
Los retos del año escolar
Recomienda que el presente año escolar presenta retos que deben ser superar, entre ellos disponer de docentes cada vez más actualizados “que sean capaces de romper la rutina de prácticas del pasado que en nada contribuyen a la formación de jóvenes innovadores y críticos”.
Por igual, estudiantes nuevos “que dejen atrás posturas conformistas y pasivas, que solo sirven de base para conservar y perpetuar estructuras caducas que sostienen el andamiaje de una sociedad injusta”.
Camino considera que el Ministerio de Educación debe impulsar nuevas prácticas docentes y fortalecer con urgencia la capacitación de maestros. “La construcción de nuevas aulas es buena, pero de nada sirven si en ellas se repetirán criterios y teorías divorciados de un conocimiento transformador que nos dé como resultado una ciudadanía responsable”.
Camino dice esperar que el nuevo año escolar marque el despegue definitivo de un proceso que tenga como objetivo la motivación constante de los estudiantes, que los entusiasme para incorporarse a la misión de trabajar por un mundo mejor.
