Camino y el Ruiseñor de la Montaña
El periódico Camino, órgano oficial de prensa de la Iglesia Católica, cumplió 29 años de fructífero servicio a favor del fortalecimiento de la creencia en Dios a través de los organismos creados para esos fines, la defensa de la libertad y otros principios fundamentales de los seres humanos.
El promotor de esta idea, el visionario obispo Roque Adames Rodríguez, fue más optimista que yo cuando me expuso la idea, en 1980, en el sentido de que la Iglesia Católica debía contar con su propio medio de información periodística.
Recuerdo que estaba trabajando en la Redacción del periódico El Nacional, ubicada en la Calle 30 de Marzo, de Santiago, cuando recibí una llamada, cerca de las diez de la mañana, de parte de la secretaria de monseñor Adames Rodríguez, informándome que éste quería tratarme un asunto, por lo que debería pasar por el Obispado.
Era para decirme que la idea de editar el periódico se estaba concretizando y que, excepto que se produjera algún contratiempo, Camino circularía en los próximos meses.
Debo admitir que disentí del nombre del periódico, en virtud de que favorecía que se llamara El Católico, pero monseñor Adames Rodríguez me convenció, con una serie de argumentos, de que ese nombre era apropiado.
Discutimos un conjunto de ideas y mi preocupación era cómo mantener circulando el periódico sin anuncios.
Entre análisis y análisis, este valiente defensor de la libertad, me dijo: “el sostenimiento económico de Camino, será una responsabilidad de ustedes, los creyentes en Cristo, a través de la Iglesia Católica”.
Cuando salió la primera edición, me llamó la secretaria y fui a buscar un ejemplar.
Mi compromiso era, en ese orden, reproducir las declaraciones de monseñor Adames Rodríguez, las de otros obispos y sacerotes, así como los editoriales, con la finalidad motivar a los lectores para que compraran, con cinco centavos, esta joya religiosa, que todavía lo es.
Eso no sólo motivó a los católicos, sino a la mayoría de comunicadores, creyentes o no, a buscar el periódico Camino, para extraer sus importantes informaciones y facilitárselas a sus oyentes de la radio, a los pocos televidentes que había en la época, porque la televisión estaba muy poca desarrolla, o a los lectores de los diarios, lo que todavía se mantiene.
Desde entonces, el 5 de Julio del año 1981, lo tengo presente en recordación de esta importante historia. El Ruiseñor de Montaña, nombre que le coloqué a monseñor Adames Rodríguez, un extraordinario escritor, de profundidad religiosa y social, tiene más méritos acumulados que los hechos que, como pecador, podría poseer.
Fue un hombre que le dio vida a la Iglesia Católica en una época que ésta atravesaba por los peores momentos de su historia universal.
Creó grupos apostólicos de apoyo a las misiones de la Iglesia y fue el promotor en esa institución de la creación de los presidentes de Asambleas, como respaldo al trabajo de los sacerdotes, incluyendo a los obispos.
Fue un innovador y defensor del establecimiento de un sistema democrático, del cual carecíamos, en los momentos más difíciles de nuestra historia política en la década de los 70.
El carisma de monseñor Adames Rodríguez ayudó mucho con el desarrollo de la Iglesia en la difícil década de los 80, que entre los muchos problemas sociales que había, estaba incluido el movimiento de liberación puesto en práctica por grupos de sacerdotes, que coincidían en que se les debía permitir casarse.
En este orden, sigo coincidiendo con monseñor Adames Rodríguez, ya desaparecido físicamente, en el sentido de que si un sacerdote, por una u otra razón, no quiere seguir la misión, pues tiene todo el derecho de renunciar al hábito y tomar el camino que considere, debido a que servirle a Dios, desde ése o cualquier otro medio, no es obligatorio.
Y, tomando el tema social, desde el periódico Camino monseñor Adames Rodríguez mantuvo una campaña de defensa de los monumentos históricos, acción que también me motivó a seguirle, hasta ahora, por considerar que es una parte de nuestra historia que debió conservarse, pero que no está ocurriendo.
El Ruiseñor de la Montaña, vivió con la historia. Ahí está la Plaza de la Cultura, aún sin concluir, pero que fue su iniciativa. Sí hay que mencionar, fruto de sus gestiones, el Gran Teatro Regional del Cibao, el Palacio de la Cultura, el remodelado Parque Duarte, el edificio para la Escuela de Música y decenas de instituciones del sector privado, como son los casos del Instituto Superior de Agricultura, la Asociación para el Desarrollo Incorporado y otras.
En este 29 aniversario del periódico Camino, tenemos el deber de recordar a nuestro inolvidable amigo, monseñor Roque Adames Rodríguez, un hombre comprometido con los más sagrados intereses de la Patria, comenzando por los católicos.
¡Felicitaciones para el arzobispo Benito De la Rosa y Carpio, el director, Apolinar Ramos, su administrador, José Agustín Fernández, y demás miembros de esa institución periodística!
También, para los directores, vivos o fallecidos, monseñor Vinicio Disla, Gilberto Jiménez y Ramón Dubert.
-Hasta el artículo próximo.