• 24 abril, 2024

Continuando con Byung-Chal Han

Lincoln LópezLincoln López

En la entrega anterior me referí al criterio sobre “el carácter estabilizador  del sistema” que abordó Byung-Chul Han, para manifestar de inmediato lo siguiente: “Es importante distinguir entre el poder que impone y el que estabiliza” y establece las siguientes comparaciones:

El primero (el que impone) es ineficiente, disciplinario, y con sus preceptos y prohibiciones, oprime (“encorseta”) a los hombres.  Considera al segundo (el que estabiliza) más eficiente porque su técnica de poder consiste en que los hombres se preocupen por sí mismos. Porque la eficiencia de este poder –continua Chul Han- radica en que no funciona a través de la prohibición y la sustracción, sino a través del deleite y la realización.

Mientras que  el viejo modelo de poder tenía una forma intratable, ríspida, avinagrado, agrio, en cambio, el poder estabilizador adquiere hoy una forma amable, “smart” (hábil, inteligente), y así se hace invisible e inatacable.

En el primero, el sujeto es tratado como un esclavo en cuanto a sometimiento y escasa libertad; en el segundo, en cambio, el sujeto sometido no es ni siquiera consciente de su sometimiento. Se cree libre. “Se cree libre”. Al creerse libre, en consecuencia, le neutraliza la resistencia de una manera muy efectiva. Por eso, el régimen neoliberal es tan estable, se inmuniza contra toda resistencia porque hace uso de una libertad, en lugar de someterla. La dominación que somete y ataca la libertad, considera Chul Han, no es estable.

Otra comparación: en aquel sistema la persona empleaba la violencia para cambiar la sociedad, en este, la persona emplea la violencia contra sí mismo, porque predomina un gran conformismo y mucha depresión en lugar de querer cambiar la sociedad.

Esta última idea la conecta el filósofo Chul Han con el siguiente argumento con que basa su citado título: La lucha de clases se convierte en una lucha interna, consigo mismo.

Sobre este tema plantea dos ideas. Una, afirma que hoy día no hay ninguna multitud cooperante, interconectada, capaz de convertirse en una masa protestante y revolucionaria global. Por el contrario, afirma el pensador, hay soledad, aislamiento, separación, constituyendo el modo de producción presente. Hoy compiten todos contra todos. La competencia total conlleva un enorme aumento de la productividad, pero destruye la solidaridad y el sentido de comunidad. No se forma una masa revolucionaria con individuos agotados, depresivos, aislados…

La segunda idea es: no es posible explicar el neoliberalismo de un modo marxista. Es decir, hay que contextualizar a Karl Marx en su época, en la otrora Revolución Industrial. Tendría que ser enfocado por una concepción “neomarxista”, o sea, una nueva perspectiva a la luz de los nuevos ingredientes que plantea  lucha de clases.

En este punto debo consignar, que la posición de Byung-Chul Han que estoy desglosando, ocurrió en el contexto de un debate entre el coreano-alemán y un filósofo egresado de la Universidad de París, profesor universitario y polémico político italiano Antonio Negri (1933), militante y dirigente del Partido Socialista de su país, vinculado a la línea llamada “obrerismo” (Poder Obrero) que en su época constituyó todo un fenómeno de masas.  Es autor de numerosas obras, entre ellas “Marx más allá de Marx” (neomarxismo…postMarx ¿?). Por sus reflexiones y accionar es considerado como un intelectual  no típico. (continuará)

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