Críticas de Clinton podrian dañan relacion China EE.UU.
La crisis política entre Estados Unidos y China desencadenada por Google no tiene visos de amainar, a pesar del interés de Pekín por convertirla en un asunto meramente empresarial. El Gobierno chino ha arremtido contra Washington y le ha acusado de dañar las relaciones bilaterales con sus repetidas declaraciones en contra de la censura en Internet. «Estados Unidos ha criticado la política seguida por China para administrar Internet y ha insinuado que China restringe la libertad en la Red. Esto es contrario a los hechos y daña las relaciones [entre los dos países]», según Ma Zhaoxu, portavoz de Exteriores.
En un discurso, el pasado jueves, la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se pronunció de forma tajante en contra de las restricciones a la libertad de información que llevan a cabo países como China, Irán o Arabia Saudí y pidió a Pekín que investigue las quejas de Google de que sus servidores y los correos electrónicos de disidentes chinos en Estados Unidos que utilizan su servicio Gmail han sido objeto de ataques informáticos por parte de ciberpiratas, supuestamente amparados por el Gobierno chino. Tras la denuncia de la compañía californiana, realizada el pasado 12 de enero, trascendió que fueron espiadas más de 30 empresas.
Clinton aseguró que «una nueva cortina de la información ha descendido en muchas partes del mundo», y comparó las crecientes restricciones en Internet con el Muro de Berlín. La Secretaria de Estado reiteró el apoyo de Estados Unidos a «un único Internet en el que toda la humanidad tenga igual acceso al conocimiento y a las ideas».
El Gobierno chino ha incrementado de forma continuada la censura y los controles en la Red en los últimos años, temeroso del efecto que la libre circulación de noticias y opiniones puede tener sobre el monopolio de poder del Partido Comunista Chino (PCCh). Pekín cree que Internet puede ser utilizado para intentar desestabilizar el país, incitar el separatismo y minar la autoridad del Gobierno.
«La campaña estadounidense por un flujo de información libre y sin censura en un Internet sin restricciones es un intento disfrazado de imponer sus valores a otras culturas en el nombre de la democracia», señala un editorial del periódico Tiempos Globales, ligado al Diario del Pueblo, órgano oficial del PCCh.
Las autoridades bloquean, entre otros, el acceso a páginas sobre la independencia de Tibet, el movimiento de inspiración budista Falun Gong, la matanza de la plaza Tiananmen en 1989, o las webs de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional. Pero también impiden el acceso a la red social Facebook, el sitio de vídeos Youtube o el servicio de mensajes cortos Twitter.
Tras los ciberataques sufridos, Google dijo que dejará de cooperar con la censura -algo que ha hecho desde que entró en China en 2006 e introdujo su popular buscador-, y que si Pekín no lo acepta, dejará el país.
El cóctel de ciberespionaje a empresas estadounidenses y defensa del derecho a la libertad de información en Internet se ha convertido en un nuevo punto de fricción en las siempre complicadas relaciones entre Estados Unidos y China. Pero Ma ha vuelto a insistir en que Pekín no quiere que la disputa escale y ensombrezca la cooperación y los numerosos intereses comunes. El portavoz de Exteriores urge a Washington a que «deje de utilizar la llamada libertad en Internet para criticar a China sin fundamento», y, sin mencionar en ningún momento a Clinton, afirma que espera que ambas partes «gestionen las desavenencias y los temas sensibles de forma adecuada para mantener el desarrollo saludable y estable de las relaciones entre China y Estados Unidos».
Google afirmó el jueves que continúa filtrando los resultados ofrecidos por su buscador en el país asiático, de acuerdo con la ley, pero que esto cambiará «en un plazo razonablemente corto». La compañía aseguró que está negociando con las autoridades chinas.