• 19 abril, 2024

Cuentos Sociales

«Integros al Proyecto»

De Marcos Sánchez
A mediados de los 80, el viajar se había convertido en un lujo reservado para unos cuantos que gozaban de tener una real cultura de ahorro.

Estaba además el hecho de tenían familia residentes en el extranjero y así coordinaban viajes vacacionales.

En el caso de la cultura dominicana, la mayoría de quienes aspiraban a viajar anhelaban realizar el famoso sueño americano yéndose a vivir a Nueva York. La también denominada ‘ciudad que nunca duerme’ es una incesante y combustible selva de concreto matizada por múltiples culturas.

Lo que la gran mayoría ignoraba es que las llamativas y flasheantes postales que nos llegaban desde Nueva York, obedecían a un excelente plataforma mercadológica (como debe ser) que perseguía vender los mejores lugares de la importante ciudad estadounidense.

La publicidad visual, radial e impresa más los testimonios en vivo de personas que habían viajado, llenaban el interés de muchos a aventurarse en un viaje ‘pa’ lo’ paises’ acuñando esa frase específicamente a esa ciudad y circunscribiendo la idea general de que cuando se hablaba de Nueva York, era sinónimo absoluto de todo Estados Unidos.

Una de las líneas aéreas más populares en ese entonces fue Eastern, que con su escueto, pero efectivo eslogan ‘las alas de América’, lograba metérsele en lo más profundo de la psiquis a la gente.

La competencia por excelencia era Pan American World Airways (conocida popularmente como Pan Am) y en un sitial de privilegio también estaba, American Airlines. Las operaciones de Eastern en Puerto Rico y Bahamas provocaron una ruta a Santo Domingo y fue allí donde se conoció en todo el Caribe a «El Grandote», un enorme Airbus A300.

En el caso de unos amigos que tenía en la escuela, la suerte les sonreía ya que el estatus de sus familias le spermitía darse esos viajecitos a Nueva York en verano o invierno un par de veces al año…

-«Bueno Malquitos me voy pa’ Nueva Yol ete verano»

-«¿Y cuándo tu vuelve?»

-«En un pal de semana'»

-«No deje de tirá foto pa’ que me enseñe to’ esa chulería de allá»

-«¡Claro! mi tía tiene cámara y siempre tiramo’ foto»

Cada vez que regesaba cualquiera de ellos, lo que más detacaban era las famosas fotos en frente de un vehículo copado de nieve. Era de rigor obtener esa imagen ya que se constituía en la prueba definitiva de estar allí.

Con el tiempo, nos fuimos haciendo mayorcitos y los viajes se multiplicaron frenéticamente y ya viajar era un asunto normal para el caso que fuera.

Recientemente coincidí con uno de esos amigos y la nostalgía le invadió al ver cómo había cambiado todo. Entre memorias y risas, me mostró un amplísima gama de las famosas fotos en la nieve y de repente noté una secuencia aún más larga de enormes bloques de edificios

-«¡Ofrézcome! jejeje ¿y todos estos dinosaurios de concreto?

-«¿Esos?»

-«Si»

-«Esos son los poyectos»

-«¿Los proyectos?»

-«Si. Son los equivalentes aquí a los multifamilares. O sea, edificios del gobierno donde la gente vive de cupones y cosas así»

-«¡Pero estoy sorprendido!»

-«¿Por qué Marcos?»

-«Es que de todos los panas que tengo que viajaban, nunca me mostraron fotos como éstas»

-«Jajaja ay mi querido Marcos ¿En dónde tu crees que la mayoría se quedaba jajaja?»

-«No, no, no tú me estas relajando man»

-«¡Pa’ que lo sepa brother! La mayoría de esos bulteros eran íntegros a los proyectos!»

El 4 de Marzo de 1989, Esastern se declaró en bancarrota. Dos años más tarde, en la madrugada del 19 de Enero de 1991, cesó sus operaciones.

Actualmente el flujo de pasajeros alrededor del planeta es constante y el enorme aeropuerto de Hartfield-Jackson (Dallas, EE.UU.) es el de mayor actividad mundial tanto de vuelos (2,700) como de pasajeros (86 millones) cada año.

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