• 19 abril, 2024

Cultura viva

Por Lincoln López

La noche de las “Macanas” largas

El título original es “La noche de los cuchillos largos” del escritor Nikolai Tolstoy, graduado con honores en Historia Moderna y Teoría Política en la Universidad Trinity de Dublin (Irlanda), escribió ese libro en el que narró un suceso histórico consistente “en la purga llevada a cabo por Adolf  Hitler junto al general Hermann Goering y el jefe de la SS, Heinrich Himmler, en la que varios miembros del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, fueron asesinados. Las principales víctimas de la Noche de los cuchillos largos fueron Ernest Rohm, y sus lugartenientes, y muchas personalidades importantes que se habían opuesto a la hegemonía hitleriana en el partido desde 1931”. El autor expresa en la página 143 que “no y no se puede saber exactamente cuántas personas murieron en el Reich durante esa noche y los días siguientes” allá en la lejana Alemania. (Ob. Cit., Primera ed. Librería San Martín. Madrid).

La trágica noche de los cuchillos largos ocurrió en el año de 1934.

Parafraseo ese título para insertarlo en otro hecho histórico de la Era de Trujillo, acaecido más o menos en esos años, y que como muchos otros, ha sido poco difundido. Guardando las debidas distancias entre los dos trágicos hechos, patrocinados por dos dictadores de la misma época, nacidos con dos años de diferencia, Hitler en 1889 y Trujillo en 1891, ambos partidarios de un nacionalismo fuerte; el uno como el otro, perseguían  la supremacía, el dominio absoluto, y ningún acto era lo suficientemente extravagante cuando se trataba de conservar o incrementar sus respectivos poderes, y, por ende, fueron figuras políticas más temidas que queridas.

Nuestra noche no fue con cuchillos, fue con macanas, es decir, con palos de madera, que utilizó una banda paramilitar conocida con el nombre de La 42, utilizada por Trujillo para perseguir, intimidar y matar desde el 1930 a todo lo que representaba algún peligro para el “Jefe”. Según las fuentes históricas, estuvo dirigida por el oficial del ejército M. A. Paulino.

La noticia que sirvió como excusa para el acto criminal, era que en varios puntos del país, el pueblo no respetaba el himno nacional,  considerado sagrado desde el punto de vista político; este irrespeto se manifestaba principalmente en no detener la marcha, guardar silencio, descubrirse la cabeza…cada vez que una banda de música interpretaba las notas en conciertos, en retretas, y otros actos. Así pues, se elaboró un plan criminal de situar a los miembros de La 42 una noche en distintos puntos públicos del país en donde se producirían las acostumbradas y concurridas retretas, y en el preciso momento de iniciar el programa musical con el himno nacional, cada persona, sin importa su edad o sexo que no guardara el debido respeto al Canto a la Patria, los paramilitares le dieran “macanazos sin piedad”, tal y como efectiva y masivamente ejecutaron.

El hecho se regó como pólvora por todo el país, y a partir de entonces todo el mundo al escuchar el himno, se congelaba, más por temor que por un acto de conciencia política.

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