• 20 abril, 2024

Cultura viva

Por Lincoln López

Tratando de comprenderlos

Gente muy importante de nuestro país, es decir, intelectuales, políticos, religiosos, académicos, juristas,  se pronuncian pública y frecuentemente contra la situación actual de barbarie que día a día va arropando a nuestro país. Y no es para menos.

Que si un grupo tal o cual tomó la justicia por sus propias manos contra un conocido y reincidente delincuente que azotaba la zona. El pueblo se “jartó” y lo linchó.

Un acto repudiable por bárbaro.

Que si otro grupo por allá logró atrapar a un obstinado y troglodita violador de más de cuarenta mujeres, y casi pierde la vida a manos de una comunidad embravecida que lo golpeó sin misericordia.

Igualmente sancionable y debe recibir el repudio nacional.

Que si un fulano o varios incendiaron la casa de unos humildes inmigrantes  cruzando la frontera, huyéndole a la espantosa miseria en que vive la inmensa mayoría del pueblo más pobre de nuestro continente.

Es un acto que bien puede calificarse de cavernario.

Tratando de comprenderlos no de justificarlos, llevan por dentro una gran insatisfacción social, económica, educativa…acumulada por largo tiempo.

Parece ser que los actos cavernarios y cavernarios son aquellos cometidos únicamente por el pueblo. De ahí hacia arriba en la pirámide clasista, existen otros que cometen actos de explotación laboral, sexual, tráfico de personas, pagan sicarios, evasores, en fin, cometen todo tipo de fechorías congeladas  en un anonimato, como un descargo de hecho y no de derecho. La ley no lo alcanza, salvo contadas excepciones, generalmente cuando sucede entre iguales o cercanos en cuanto a la clase social.

Creo que hay barbarie abajo, en el medio y arriba. Pública y privada. También es cierto que no son todos. Primero enfoquemos a los ciudadanos, a los primeros agentes que estructuran su conducta: como es la familia, institución que le da formación primaria, luego el contexto social inmediato, el barrio o sector, la escuela, la recreación sana, los vicios, y otras expresiones sociales que determinarán un perímetro muy estrecho de formación que en algún momento repercutirá definitivamente en lo social, y finalmente, el contexto regional, nacional e internacional con escasos niveles de información y, contrastando con esa pobreza nos llega la informática con un universo de posibilidades mayor y mejor a la nuestra en todas las direcciones, principalmente los programas de ficción con su alta carga de violencia.

Tengo la impresión que los hechos “cavernarios” están siendo resaltados intencional y solamente en la parte desposeída de la población, y que otros hechos igualmente aberrantes quedan en una penumbra sospechosa y en un manto de olvido cómplice.

El pueblo a veces, es más auténtico, más crudo…menos protocolar. Pero, puede intervenir un factor importante: la manipulación diversa y exógena, y ella mezclada con insuficiencia educativa podría distorsionar  la intención de un hecho que se magnifica o se reduce dependiendo de su nivel de impacto publicitario.

Para retomar el camino de la civilización obviamente se requerirá de algo más que reformar la policía y el gobierno y de satanizar unilateral y exclusivamente a los humildes.

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