Cultura viva
Por Lincoln López
Cuando una estrella se va…
Cuando una estrella se va… queda su luz estelar peregrinando por el universo. Cuando un creador, poeta o pensador, se va… queda en el universo la estela de sus versos y sus prosas iluminando razones y corazones.
Como quedaron en el tiempo y en el espacio los versos y las prosas de aquí, los de Salomé y Mir, las de Bosch y Del Risco. Como quedaron los de allá, los de Whitman y Neruda, las de José Martí y Pizarro. Muchos otros siguen presentes más allá de la vida, Kant y Freud, Cervantes y Shakespeare, Sartre y santo Tomás de Aquino, Platón y Sócrates
…
En el firmamento cultural donde naciste, Santiago, el 12 de marzo de 1942, perdurará tu extensa, valiosa y variada producción. En poesía más de 50 títulos publicados: El Pañuelo Blanco, Pebetero de Eros, Versos del Alba, Poemas de un Día, Los Farallones, Sortilegio de Insomnio, Lejanía de Muerte, Sombras Verdes…
“Duerme la noche,
en la ternura de un sueño
del pasado.
En la tersura de tu piel hermosa.
En el deseo
de un imposible.
En el perfume sensual
de las ilusiones”.
(Duerme la Noche.
5 de diciembre 2005.)
También se destacó en el cuento, el ensayo y centenares son sus artículos en la prensa local y nacional. En el primer género publicó “La Tragedia de Rita Celestina” con el cual ganó el Segundo Lugar en el Primer Concurso de Cuentos “El Médico en la Literatura” (1978). Algunos títulos de sus interesantes ensayos: Sífilis, El complejo de Edipo, Historia del Fórcep, ésta última de carácter científico de la medicina, especialmente de la Obstetricia…
“De los escritores de Santiago, me parece que es el más persistente y el más prolífico. En este ambiente lleno de escritores que buscan una notoriedad a toda costa que a veces no se merecen, característica que compartimos con el resto del mundo, es bueno encontrar un autor que escribe lo que quiere, por el placer de hacerlo, porque necesita comunicar, compartir, acaso transformar, como son los verdaderos poetas” (Máximo Vega. Escritor. 2000).
Desde Médico graduado en Barcelona en 1967 y Pediatra después, hasta Los Paradigmas Fenomenológicos y la Psicología Transpersonal. Desde tu obra pictórica hasta la fundación de un periódico cultural, Inquietud, una revista, Psiquis y cuatro boletines, Alianza Cibaeña, Folium, Ectoplasma y Panfleto de los Sueños. Desde tus membrecías del Instituto de Investigaciones de España y de México y la Filosofía Hermética hasta la Sociedad Amantes de la Luz, Alianza Cibaeña, Casa de Arte, Centro Deportivo y Cultural de Los Pepines en Santiago de los Caballeros y del Instituto Montecristeño de Antropología e Historia…
Todo tu accionar tuvo el signo grande e inextinguible de tu perseverancia, tu talento, tu humildad y tu nobleza. Por eso, “al volcar el corazón en el alma popular, lo que se pierde de fama se gana de eternidad” (Machado-Yupanqui).
Dr. Víctor A. Estrella Rodríguez, aunque tu vida física terminó repentinamente el 6 de mayo de 2015, tu brillo de estrella será después, y guiará a otras estrellas, quién sabe por cuánto tiempo, “porque nadie ha sabido lo que dura una estrella” (José Ángel Buesa).
