
Estos campesinos y campesinas de las antiguas tierras labrantías, que fueron removidos de éstas para construir en el lugar la presa de cola de las empresas Barrick Gold y Goldcorp, nunca recibieron las nuevas tierras prometidas, por lo que pasaron a ser un pueblo sin alternativas de producción ninguna y condenados a la mendicidad aunque viviendo en casas de concreto.
Los habitantes de El Llagal dicen que permaneceran encadenados ante las puertas del Congreso Nacional hasta que se les oiga y se les asegure que sus graves problemas serán resueltos.
