• 25 abril, 2024

Djokovic espera en la final de Wimbledon

Londres,- Autoridad, contundencia y gran juego. Novak Djokovic hizo todo bien en su cruce ante Richard Gasquet, se impuso por 7-6 (2), 6-4 y 6-4 y se clasificó a la final de Wimbledon por cuarta vez en su carrera. Ahora aguarda por el ganador de Roger Federer y Andy Murray, un duelo con cuentas pendientes.

Djokovic se quedó con el primer parcial en el último suspiro. Tras pasar de estar 2-0 al 2-2, el juego de Gasquet fue en ascenso -apenas 5 errores no forzados en el set- y se estableció un duelo reñido y de alto nivel. Sin embargo, el serbio tuvo mejor pulso en el cierre y ganó cinco puntos seguidos en el tiebreak para imponerse por 7-2. Su agresividad, sus contantes subidas a la red -subió en 16 puntos- y su efectividad con el saque, las claves para el 7-6 en 55 minutos.

Con envión, el N°1 del mundo marcó distancia en el inicio de la segunda manga. Dos golpes precisos que incidieron en el andar: quiebre en el primer game y doble break point levantado en el 2-1. Con el saque como aliado para salir de momentos tensos, ante un Gasquet tal vez un poco más agotado -y también desmoralizado- a raíz del trajín que vivió con Wawrinka hace dos días, Nole empezó a poner una sentencia con una ventaja de dos sets.

Todo sobre rieles para Djokovic, que sintió de cerca un nuevo boleto a la final de Wimbledon. Y más aún con un certero quiebre en el tercer game. La historia empezó a escribir su final. El serbio siguió con su plan de juego, ofensivo y con muchísimas subidas a la red -39 en todo el partido-. Gasquet, por su lado, con pocas respuestas desde la devolución, con apenas cinco puntos ganados en el set.

El serbio lo pudo haber liquidado en el 5-3, pero el francés sacó adelante dos puntos de partido; acto seguido, con su servicio, pase a la final y a la espera de Roger Federer o Andy Murray.

El otro cruce del viernes volverá a enfrentar en césped a Federer y Murray, después del ida y vuelta que vivieron en el mismo escenario, tres años atrás, en dos finales consecutivas: en Wimbledon ganó Roger, en los Juegos Olímpicos prevaleció Andy.

Aquí, el suizo arriba implacable al servicio, con solo un quiebre en contra en cinco rondas. Interesante desafío para uno de los jugadores con mejor devolución en el circuito, como el británico.

En el global, el historial es bien parejo (12-11 lidera Federer), aunque Murray solo se llevó uno de los últimos cinco enfrentamientos y arrastra una cuenta pendiente del último revés: es que aquel 6-0 6-1 en las Finales de 2014, también en Londres, dejó su mella.

«Ese cierre de año me hizo dar cuenta que no sabía realmente si volvería a tener la chance de jugar nuevamente al máximo nivel. Así que hice lo posible para dedicarle el 100% de mis energías al tiempo que me quedara en el circuito. Hoy me siento jugando un muy buen tenis»,contaba días atrás, elogiando el trabajo junto a Amelie Mauresmo.

Tanto Federer como Murray llegan invictos en pasto en la temporada, con títulos previos en Halle y Queen’s, respectivamente. Para el suizo, se trata además de su décima instancia de semifinales en La Catedral, donde ostenta ya siete coronas. ¿Podrá dar otro paso hacia la octava?

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