• 19 abril, 2024

Dominicana quemada en incendio intencional en Queens muere después de un mes en estado crítico

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK,-Después de casi un mes en estado crítico y de agonía en la Unidad de Quemados del hospital Presbiteriano Weill Cornell de Manhattan, la madre dominicana Elizabeth Rodríguez, de 35 años de edad murió ayer lunes en el nosocomio, devastando aún más a su familia, tres de cuyos miembros perecieron en las llamas, incluyendo su hija Emma Domínguez, de 6 años y su padre Claudio Rodríguez, de 76 años, el 10 de julio en la tarde.

El pirómano Daniel Abreu Núñez, de 23 años y quien era homosexual, fue quien le prendió fuego a la vivienda de dos plantas, después que la propietaria le pidió que se mudara por estar creando problemas con los otros inquilinos y residentes en el vecindario.
La dueña de la casa, Rafelina Moreno, acogió al pirómano asesino, a quien conocía en Santiago de los Caballeros, desde donde son nativos, luego que él inventara la historia de que había sido secuestrado, torturado y golpeado por una mujer y tres sujetos enmascarados en su apartamento en El Bronx, por lo que no podía regresar a su casa, con temor de que lo asesinaran.
La versión fue una mentira montada por Abreu Núñez, quien también murió en el incendio, según comprobó y confirmó la policía.
Estaba acusado de falso testimonio y perjurio a las autoridades.
Los bomberos dijeron después del siniestro que encontraron dos postes plásticos con capacidad para sendos galones de gasolina y que las llamas comenzaron en la cocina de la casa.
Rodríguez, también era madre del niño Liam, de 10 meses y hermanito de Emma que sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo.
Ella y los menores, habían venido a Nueva York de vacaciones dos semanas antes del fuego.
La casa quemada por Abreu Núñez, está situada en el 23-49 de la calle 93, en el sector de East Elmhurst en Queens.
“Él estaba en un hospital sin tener donde vivir, lo traje, le di mi casa y me la quemó, quemó mi casa”, se escuchó gritar a Moreno, mientras los bomberos combatían las voraces llamas.
“No se puede ayudar a nadie, no ayuden a nadie, miren lo que me hizo, me quemó mi casa”, repetía histérica y destrozada la señora Moreno según testigos.
Más de 100 bomberos de 25 unidades respondieron a la escena y pudieron rescatar a dos residentes que se encontraban en la parte trasera de la casa, pero Elizabeth, sus hijos y su padre quedaron atrapados junto con Núñez.
La familia estaba preparando el cumpleaños de uno de los muertos para el sábado de la semana de la tragedia.
Abreu, estuvo viviendo por cinco días, después que convenció a Moreno de que él había llegado a Nueva York hacía poco y no tenía trabajo ni dinero para pagar el alquiler de una habitación.
“Mi mamá le pidió que se fuera de una buena forma y el muchacho salió, mi tía estaba cocinando y el muchacho no sé cómo entró, pero entró y lo que yo olía dentro de la casa era gasolina”, declaró Davie Moreno, hijo de los propietarios de la vivienda.

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