Donald Trump asume como el 47º presidente de EE. UU.
Voz de América – Redacción
Trump ya se había referido por nombre a la banda criminal “El Tren de Aragua” en un mitin un día antes, donde prometió que expulsaría a todos los inmigrantes relacionados con el grupo.
La nueva administración buscará “tomar medidas enérgicas” contra quienes ofrezcan “santuarios a criminales”. El presidente estadounidense también reiteró su intención de llevar a cabo la operación de deportación más grande de la historia de EEUU.
“Como Comandante en Jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones, y eso es exactamente lo que voy a hacer. Lo haremos a un nivel que nadie ha visto antes”, aseguró.
Analistas y activistas de derechos humanos han criticado la política de mano dura propuesta por el ahora presidente y afirman que una operación de esta envergadura sería muy difícil y costosa de realizar.
En su alocución Trump envió un saludo y su agradecimiento a las comunidades hispanas y afroamericanas que le demostraron “un gran cariño y confianza con su voto”.
“He escuchado sus voces en la campaña y espero trabajar con ustedes en los próximos años. Hoy es el Día de Martin Luther King y, en su honor (…) lucharemos juntos para hacer realidad su sueño”, destacó.
Poner a EEUU primero
En el primer discurso presidencial de su segundo mandato, Trump también mencionó otros asuntos importantes en los que basó su campaña y afirmó que su gobierno pondrá a “EEUU primero”.
Trump sobre el Canal de Panamá
Reiteró su promesa de que trabajaría para que EEUU recupere el Canal de Panamá. «El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado (con el gobierno panameño) han sido totalmente violados», dijo Trump, sin ofrecer detalles sobre cómo manejaría este delicado asunto bilateral.
De igual manera mencionó que cambiaría el nombre de Golfo de México al de Golfo de Estados Unidos (Gulf of America, en inglés).
También aseguró que impondrá aranceles a las importaciones extranjeras e impuestos a otros países, en una decisión que buscaría enriquecer a los estadounidenses. Prometió una revisión del sistema comercial y dijo que EEUU establecerá un «servicio de ingresos externos para recaudar todos los aranceles, derechos e ingresos”.
“Serán ingentes cantidades de dinero que entrarán en nuestra tesorería, procedentes de fuentes extranjeras», prometió.
El recién juramentado mandatario también se refirió a varias acciones que su gobierno implementará para controlar los precios y la inflación.
Además, indicó que entre sus primeras directivas estaría el impulsar las industrias de petróleo, gas y energía y frenar los esfuerzos del expresidente Joe Biden por acelerar la industria de los vehículos eléctricos.
Biden, de 82 años, llegó a la Casa Blanca prometiendo disminuir la dependencia del país en cuanto a combustibles fósiles, pero la producción de petróleo y gas nacionales alcanzó niveles récord bajo su administración.
La “crisis de inflación fue causada por un gasto excesivo masivo y la escalada de los precios de la energía, y es por eso que hoy también declararé una emergencia energética nacional», adelantó Trump. «Perforaremos, cariño, perforaremos».
«El camino para recuperar nuestra república no ha sido fácil, eso se lo puedo asegurar», dijo Trump, quien se refirió al intento de asesinato en su contra donde una bala le rozó la oreja en julio pasado. «Dios me salvó para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande».
Ceremonia histórica
Salvas de cañones se escucharon en la ciudad tras la juramentación de Trump y Vance.
La primera dama, Melania Trump, y la segunda dama, Usha Vance, ocuparon puestos privilegiados entre el grupo selecto de asistentes, que incluyó a los expresidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, junto a la ahora exprimera dama Jill Biden y la exvicepresidenta Kamala Harris. Estuvo presente también el expresidente de Trump en su primer periodo, Mike Pence.
Las más altas figuras de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estadounidenses también asistieron a la ceremonia, una de las más sagradas en el protocolo político de la nación y que no se celebra bajo techo desde la segunda toma de posesión del presidente Ronald Reagan, en 1985. Líderes de varias denominaciones religiosas bendijeron al mandatario entrante y su vicepresidente como nuevas cabezas de gobierno.
Las gélidas temperaturas que azotan el noreste de EEUU también obligaron a cancelar el tradicional desfile inaugural a lo largo de la Avenida Pennsylvania, desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. Todavía se planean lujosos bailes de gala para el lunes por la noche.
Se espera que este mismo día, Trump firme varias órdenes ejecutivas que den cumplimiento a varias promesas de campaña y deshagan las políticas de la administración saliente de Biden, entre las que resalta la deportación masiva de inmigrantes que se encuentran en el país de manera irregular.
Trump pidió el lunes a las agencias del gobierno federal que tomen medidas destinadas a reducir los costos para el consumidor estadounidense, pero no dio más detalles, según un documento de la Casa Blanca entrante publicado el lunes. «Todas las agencias tomarán medidas de emergencia para reducir el costo de vida», reza el documento, publicado momentos después de que Trump tomara posesión.
Trump prometió el domingo por la noche «actuar con una velocidad y una fuerza históricas y solucionar cada una de las crisis que enfrenta nuestro país», en un mitin con sus seguidores antes de la investidura.
“Mañana al mediodía, se cierra el telón de cuatro largos años de decadencia estadounidense y comenzamos un nuevo día de fortaleza y prosperidad estadounidenses”, aseguró Trump.
El sábado, miles de detractores del presidente electo marcharon por las principales calles de la capital hasta llegar al emblemático monumento a Abraham Lincoln para protestar contra la toma de posesión de Trump. Los manifestantes llevaban carteles que decían «Feministas contra fascistas» y «Las personas por encima de la política».
«Es realmente reconfortante estar hoy aquí con todos ustedes en solidaridad y unión, frente a lo que va a ser un extremismo realmente horrible», dijo a la multitud Mini Timmaraju, directora del grupo de defensa Libertad Reproductiva para Todos.