• 23 diciembre, 2025

El dalái lama confirma que tendrá sucesor y desafía a China por el futuro del Tíbet

Dharamshala, India.– El dalái lama anunció que su linaje espiritual continuará tras su muerte, reafirmando que habrá un sucesor legítimo elegido conforme a la tradición tibetana, en un mensaje que desafía abiertamente los intentos del Partido Comunista de China por controlar el proceso de reencarnación budista.

El líder espiritual del budismo tibetano, que vive en el exilio desde 1959 tras huir del Tíbet por un fallido levantamiento contra el régimen chino, hizo el anuncio en un video dirigido a líderes religiosos reunidos en Dharamshala, ciudad india que alberga al Gobierno tibetano en el exilio.

“Afirmo que la institución del dalái lama continuará”, declaró, señalando que el Gaden Phodrang Trust será la única entidad autorizada para reconocer su futura reencarnación.

Aunque no reveló detalles del proceso, enfatizó que la selección debe seguir la tradición budista, sin interferencia externa. En su libro de memorias más reciente, el dalái lama asegura que su sucesor nacerá en un país libre, fuera del control de China.

Choque con Pekín por la sucesión

Beijing, que considera al dalái lama un “separatista”, insiste en que la próxima reencarnación debe nacer y ser aprobada dentro de China, conforme a sus leyes. El Ministerio de Relaciones Exteriores reafirmó esta postura tras el anuncio.

Esta pugna podría dar paso al surgimiento de dos dalái lama rivales: uno legitimado por el linaje espiritual y otro impuesto por el Gobierno chino, como ocurrió con el Panchen Lama en 1995.

El dalái lama ha advertido sobre la manipulación política del sistema de reencarnación, señalando que “es inapropiado que un régimen ateo pretenda controlar una tradición espiritual que niega”. Su designado como Panchen Lama –un niño de seis años– fue desaparecido por las autoridades chinas y reemplazado por otro aprobado por Pekín.

Apoyo tibetano en el exilio

Durante décadas, el dalái lama ha promovido la “vía intermedia”: no busca la independencia del Tíbet, sino una autonomía genuina que preserve la cultura, religión e identidad del pueblo tibetano. Esta postura pacífica le valió el Premio Nobel de la Paz en 1989 y el respaldo internacional.

Los líderes religiosos budistas reunidos en Dharamshala emitieron una declaración en la que rechazan categóricamente la injerencia del Gobierno chino en la sucesión espiritual tibetana. “Condenamos el uso político de la reencarnación por parte de la República Popular China y nunca lo aceptaremos”, afirmaron.

Con su 90.º cumpleaños próximo, el dalái lama ha encendido el debate sobre su sucesión, dejando claro que ningún candidato seleccionado por Beijing será reconocido por el pueblo tibetano ni por la comunidad budista internacional.

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