• 23 noviembre, 2024

El disco de vinilo se niega a dar el portazo final

Luis Felipe Rojas -VOA

Entusiasmado con el auge que está teniendo la venta de vinilo y discos compactos, el puertorriqueño Andrés Sánchez López se ha embarcado en su nuevo sueño de echar hacia adelante el ‘Museo del Disco’ en Miami, una tienda en la que recién se estrena como propietario y le da la oportunidad de mantener su hobby de coleccionista.

“Siempre ha habido ese grupo de gente que compra vinilo, hay un grupo escondido y ahora está entrando a lo grande, mucha gente joven le está entrando a ese mundo”, apunta Andrés en entrevista con la Voz de América mientras muestra la remodelación y los cambios que quiere hacer en el viejo local.

En el 1301 del suroeste con la 70th Ave de Miami abre sus puertas la más popular tienda de discos de vinilo, CDs y películas de la ciudad. La dependencia fue fundada hace más de dos décadas por su creador e impulsor principal Hinsul Lazo, un cubanoamericano apasionado de la música en todos sus géneros.

Para su empeño, Andrés tira de su experiencia como DJ y productor musical desde hace años entre Puerto Rico y Nueva York.

El regreso de los melómanos

La tienda se divide en dos, a la derecha están casi en su totalidad los discos CD con música estadounidense rodeados de anaqueles de música del continente y géneros como la salsa, el bolero, baladas en español y otras manifestaciones de la región. A la izquierda, hileras de estantes con los vinilos de diversos géneros.

En el local se venden también camisetas alegóricas a la música y en lo alto de las paredes hay fotografías de insignes visitantes como el humorista Guillermo Alvares Guedes, Franco De Vita y otros.

“Vengo regularmente desde hace casi veinte años y una vez estuve comprando discos compactos, pero en mi casa hemos regresado un poco al disco de pasta, al vinilo”, indica Amelia Rivas a la VOA mientas revisa un estante con álbumes de El gran combo de Puerto Rico e Ismael Rivera.

El resurgir del vinilo ha atraído también a los coleccionistas. Los amantes de este soporte no van exclusivamente tras la última producción; las portadas amarillentas, vencidas por el tiempo, con firmas estampadas, incluso de los propios artistas, constituyen un incentivo.

Un tesoro redivivo

La aparición de las nuevas tecnologías puso al acetato y toda su industria en un rincón, a punto de dar el portazo final. La llegada del CD ya había asestado un fuerte golpe en la industria, pero la aparición de las plataformas de descarga de música perecía dar, con Spotify, YouTube y otros, el golpe final.

A propósito del Mes de la Herencia Hispana, la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAApor sus siglas en inglés) publicó esta semana los datos de los ingresos de la música latina en Estados Unidos para la primera mitad del año, que «superaron las cifras del mercado general en Estados Unidos y representaron un porcentaje récord de 6,6% de los ingresos totales».

Junto a las categorías de streaming , suscripciones pagadas y el CD, el disco de vinilo siguió en aumento, como viene siendo desde hace dos años, aunque con el consiguiente tropiezo que significó la pandemia de COVID para el mundo entero.

«Los discos de vinilo aumentaron más del doble (con relación a un número reducido) en 6 millones de dólares en el primer semestre de 2022, y los CD aumentaron 21% en 1,4 millones», señala un comunicado de RIIA, del miércoles 6 de octubre.

En otras ciudades de Latinoamérica como Ciudad de México, Medellín en Colombia o Caracas, Venezuela, también ha resurgido la preferencia por el vinilo, tal como muestra un reportaje reciente desde esta última ciudad.

En la misma área del suroeste de Miami las tiendas de ropa y artículos de segunda mano como Goodwill o Salvation Army Family Store atesoran música en los dos soportes, proveniente de las donaciones y que se expenden a un muy bajo precio.

En el Salvation Army de la calle 40 del suroeste (Bird Road) hay discos de la vieja escuela de jazz norteamericano y acetatos de Los Chavales de España, Olga Guillot y Frank Sinatra, apilados en cajas mientras son revisados por sus potenciales clientes.

En el Museo, Andrés explica: “Hay discos aquí que fueron cortados de cinta a disco y tienen un valor especial, y no los hay [por cantidades] o sea, tengo diez, no existen en otro lado”.

Las librerías a lo largo de todo Estados Unidos como Barnes and Noble y Books & Books expenden discos de la música más actual y aquellos remasterizados que apelan a la nostalgia del público más diverso, una manera de revigorizar el uso del vinilo.

Sánchez, sin embargo quiere mantener el espíritu del museo, que ha servido por cuatro décadas a la comunidad de hispanos amantes de la música en Miami, así como los demás melómanos. “El Museo del disco tiene tremenda historia, lo único que yo quiero hacer es tratar de llevarlo a otro nivel”, concluye.

Los melómanos por su parte no parecen rendirse y le dan un nuevo impulso al vinilo, su viejo amigo.

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