• 19 abril, 2024

Era del conocimiento versus cerebros petrificados

Por Rafael Núñez

Aferrarse a seguir evaluando el mundo de hoy con los parámetros del pasado, raya en la necedad. Si nos situamos en lo que es la práctica política, veremos que los métodos  para combatir al doctor Joaquín Balaguer en los 12 años, muchos de ellos no servían para confrontarlo en los gobiernos de los diez años, 1986-1996, y mucho menos apelar en estos tiempos a las mismas argumentaciones para tratar de descalificar las políticas públicas implementadas por los presidentes de estos tiempos.

Evoluciona la materia, todo lo que tiene vida cambia. Las sociedades se transforman, pero hay seres humanos que parecen ignorar la realidad sobre la evolución de los cuerpos. Las personas que así actúan pudieran tener sus cerebros petrificados en el pasado, actuando en la política como en otros ámbitos de la vida como si las sociedades fueran las mismas de ayer.

La capacidad de nuestra mente para entender esa evolución radica en que por mucho que estemos viendo la realidad de hoy, nuestra conciencia debe colocarse por encima de ello para tener la explicación lógica, en el contexto, de muchos fenómenos sociales y políticos.

Si el doctor Balaguer mantuvo una política exterior limitada a nuestras fronteras, lo que le fue criticado hasta la saciedad por los mismos personajes que hoy satanizan los viajes del Presidente, se debió a la visión de país que tenía el líder de los “coloraos” y al contexto ideológico de Guerra Fría en el que le tocó gobernar.

Llevar a cabo la gerencia de la agenda internacional de un país no se limita a la participación del presidente de la República en las distintas cumbres que se realizan periódicamente, a veces dos en un año, sino que está sujeta a una Agenda Nacional de Desarrollo que, en el caso dominicano, se dedica a conquistar inversión en el área del turismo, la innovación tecnológica en la industria, y el poder establecer acuerdos con universidades extranjeras para desarrollar los recursos humanos del futuro.

Para que un país pueda avanzar en una Estrategia Nacional de Desarrollo, debe capacitar esos recursos humanos. Siguiendo esa línea de acción fue que la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología firmó con el gobierno francés la creación de un programa de cooperación académica de alto nivel, dirigido a ampliar el de becarios dominicanos de escasos recursos, para lo cual viajó Leonel Fernández y la Lic. Ligia Amada Melo a Francia.

Con prestigiosas universidades francesas, se fortalecerán los programas de cooperación e investigación a nivel de grado, postgrados y maestrías en las áreas de ciencias sociales, humanas, ciencias de la salud, agronomía, medio ambiente y en la enseñanza del idioma francés.

Por otro lado, el ingreso de República Dominicana al Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en el marco de ese viaje, con el fin de conocer y tomar de las mejores prácticas sobre políticas públicas diseñadas por esa entidad, es un paso trascendental para poder discernir sobre qué camino escoger y no repetir errores del pasado.

En ocasión de la visita del mandatario dominicano a Francia, tuvo lugar el 3 de diciembre pasado la primera reunión del mecanismo permanente franco-dominicano de consultas bilaterales, que busca reforzar el diálogo y la cooperación.

Se acordó establecer intercambios en materia de turismo, implementar un segundo programa en el idioma francés, en el marco de la ayuda presupuestaria europea, desarrollar una cooperación en materia de protección de las personas y la promoción de la diversidad cultural. Se acordó, además, el relanzamiento de los programas de medio ambiente, financiar el micro crédito en el medio rural para los proyectos sociales.

En la consecución de una estrategia clara de buscar soluciones a los problemas de transporte, el presidente Fernández encaminó gestiones para que, con la participación de empresas francesas, conseguir financiamiento a la construcción de la segunda línea del Metro de Santo Domingo y el tren que comunicaría a la Capital con Santiago de los Caballeros.

En Estoril, Portugal, el presidente Fernández firmó un acuerdo de préstamo por un monto de 80 millones de dólares para la ejecución del Complejo Estadio Quisqueya-Parque Juan Marichal, que busca transformar el parque de béisbol, construir un hotel cuatro estrellas, seis torres de 14 y 19 pisos y el Museo Histórico de Béisbol.

Si estas agendas del Presidente en el exterior no tienen sustancia, entonces explíquenme, señores, dónde está la sustancia.

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