• 17 abril, 2024

Familia de bodeguero criollo muerto por policía en El Bronx espera respuesta cuatro años después

Miguel Cruz Tejada

Familia de bodeguero criollo muerto por policíaNUEVA YORK,- “Cada vez que veo un policía, me pongo nerviosa”, dijo Ana Cuevas, la madre dominicana del bodeguero Reynaldo Cuevas, quien fue asesinado por un policía durante un atraco en la bodega en la que trabajaba en El Bronx.

La señora Cuevas, su hija Nicole y otros parientes de la víctima, estuvieron en la Corte Suprema Estatal de ese condado, durante las sentencias a Ernesto Delgado y Orlando Ramos, dos de los tres atracadores que incursionaron en la bodega para robar y huyeron cuando se vieron rodeados por la policía.
Cuevas, que en su turno, ese día, también huyó hacia el exterior, pero el agente alega que lo “confundió” con uno de los atracadores, lo interceptó, lo tiró al suelo y ahí, le disparó a quemarropa, matándola instantáneamente.
Vigilias y protestas fueron hechas para que el policía fuera acusado por la fiscalía de El Bronx, pero el entonces incumbente, se negó alegando que no había evidencia suficiente para llevar ante un Gran Jurado al agente.
La madre del bodeguero, logró que se aceptara una demanda civil contra el oficial para reclamar compensación por el asesinato de su hijo.
Una vista para conocer la demanda civil está fechada para este 24 de mayo. En la demanda, la familia reclama $25 millones de dólares.
Una tía del bodeguero asesinado que es miembro activa de los US Marines del ejército de Estados Unidos, dijo que tiene varias preguntas sin respuestas para el oficial que chocó con su hermano en frente de la bodega antes de dispararle ya que ambos cayeron al suelo.
«¿Por qué estaba en la parte delantera de la puerta sin respaldo?, ¿por qué sacó su arma?, ¿por qué tenía el dedo en el gatillo?”, son las preguntas de la tía.
El hecho ocurrió en 2012.
Delgado, Ramos y su pareja, Christopher Dorsey, el tercero condenado a 25 años a comienzos de este año, vestidos con pasamontañas y armados con una pistola calibre .32, fueron a atracar la bodega situada en la avenida Franklin y la calle 169 Este, donde Cuevas estaba trabajando detrás del mostrador.
Las cámaras de vigilancia muestran a Ramos y Delgado, corriendo a la parte trasera de la bodega después de percatarse de la presencia de la policía.
Fue entonces cuando Cuevas salió corriendo y chocó contra el agente Ramsyh Bangali, un veterano de siete años, que tenía su pistola en la mano. Bengalí disparó fatalmente a Cuevas, cuando ambos estaban en el suelo.
La policía de Nueva York ha decidido no disciplinar Bangali, que sigue patrullando en las calles de El Bronx.
El Fiscal del Distrito de El Bronx no presentó cargos criminales contra el policía.
La hermana del bodeguero muerto que estuvo un tiempo en la guerra con Afganistán, dijo que el policía debió por lo menos, perder su placa.
«Eso no fue un balazo accidental», dijo ella. «Yo manejo un rifle M16 y sé cómo apretar un gatillo», añadió.
La familia de Cuevas presentó un escrito de demanda contra la ciudad poco después de la muerte, pero el caso ha sido engavetado por casi cuatro años, después de que un juez ordenó que se archivara, mientras se conocían los cargos penales pendientes.
El mes pasado, en la víspera del juicio, Delgado y Ramos se declararon culpables de robo en primer grado. Dorsey también se declaró culpable y fue condenado en octubre pasado a 10 años de prisión.
Ambas partes se deben en Corte Suprema del
Uno de los abogados de la familia, Robinson Iglesias, dijo que la oficina legal de la ciudad aún no ha entregado la totalidad del video de vigilancia en el que aparece el asesinato de Cuevas.
Dijo que hay testigos dispuestos a declarar que el policía violó el protocolo al no aplicarle los primeros auxilios (RCP) al bodeguero, dejándolo morir.
En la corte este jueves, Ramos y Delgado pidieron perdón a la familia de Cuevas.
Sus abogados señalaron que el arma de fuego calibre .32 utilizada en el robo no estaba cargada.
La madre de Cuevas le dijo al juez que su hijo le hubiera seguido los pasos a su hermana sirviendo a su país, los Estados Unidos.
Añadió que también el bodeguero estaba planeando cuidar a su hija.
«Si estuviera vivo, habría sido un gran padre», dijo la señora Cuevas, mientras las lágrimas corrían por su rostro.
Nicole Cuevas, hermana de la víctima, leyó una declaración en la lectura de la sentencia, conmoviendo al magistrado y a todos los presentes.
Los atracadores, también tendrán que cumplir otros cinco años cada uno en libertad condicional, luego de los 17 años.

Comentarios